Desde feria móviles MWC16. Crónicas en prensa y radio

Este año 2016 la Feria mundial de móviles, Mobile World Congress, ha sido un nuevo éxito en novedades, expositores (2.200) y visitantes (más de 100.000).

Hemos recogido en crónicas para Las Provincias y Radio Valencia Cadena SER lo que más nos ha llamado la atención, deteniéndonos además en las empresas valencianas.

El tema estrella, el reclamo de muchos fabricantes, ha sido la realidad virtual VR. Presente en demostraciones, presentaciones y también en productos que pronto salen a la venta (gafas y cascos VR, cámaras 360 grados).

VR Realidad Virtual MWC16

Los coches también han sido protagonistas. Empresas de automóviles con stand propio como Ford o prototipos de coches del futuro como el Mercedes F-015 han sido muy visitados. Además, como un imán para los visitantes, había coches de todas las marcas en stands de operadores, fabricantes de equipos, de plataformas y de aplicativos.

Coches y avion MWC16

Ponentes presentando y siendo entrevistados, más allá del mundo tecnológico de fabricantes y operadores, entre los que destacan Mark Zuckerberg (Facebook) que quiere conectar a todo el mundo, Lewis Hamilton (F1) y Mark Fields (presidente de Ford).

Desde la misma feria hemos intervenido en la radio para Hoy por hoy Cadena SER Radio Valencia relatando curiosidades y novedades (enlace directo al audio aquí).

Entre las empresas valencianas en los distintos stands hay que resaltar la presencia de Hooptap, Sistelbanda, Energy Sistem, IDI Eikon y FacePhi, todas en los pabellones del MWC.

Hooptap MA Santos y Sistelbanda JL Vilar en MWC16

En el evento para startups 4YFN, paralelo al MWC, estuvo la aceleradora Lanzadera con stand propio y otras incubadoras y aceleradoras en el stand del Ayuntamiento de Valencia (InnDEA): Plug and Play, Demium, Socialnest, Business Booster, Climate-KIC, Startupexplore, Big Ban angels y Geeks hub.

Invisible y ubicua

La tecnología emergente es invisible y ubicua. Es quizá la mayor revolución de lo que se ha visto esta semana en el gran evento mundial relacionado con tecnologías electrónicas y de comunicación: el Mobile World Congress MWC.

Al pensar qué se puede encontrar y comentar de una feria de telefonía móvil, lo esperable tendría que ver con los terminales smartphones y las tabletas más avanzadas: tamaño de las pantallas, su luminosidad y flexibilidad, la potencia y velocidad de los procesadores, conectividad 4G de última generación, cámaras incorporadas, sistemas operativos, orientados a todo tipo de mercados con diverso poder adquisitivo.

Y en efecto, mucho de todo eso ha sido  presentado por los pequeños, medianos y grandes fabricantes procedentes de los cinco continentes.

También se han visto muchos nuevos “gadgets” (accesorios) de tecnología “ponible” (“wearable”) tales como pulseras, relojes, camisetas con sensores y gafas. De este tema me remito a  lo que escribí en estas páginas hace unas semanas (el artículo “Qué tecno me pongo” se puede leer en la dirección web j.mp/tecnopon).

Sin embargo, lo que más me llama la atención de la nueva oleada tecnológica es lo invisible, algo que no se ve y que está por todas partes.

Me refiero al asombro que produce la combinación de tecnologías ubicuas y la información que éstas generan, cuando se analiza con herramientas la correlación estadística de datos procedentes del tráfico de accesos a las webs y las aplicaciones móviles. Este análisis se potencia con el uso de ordenadores de inteligencia artificial.

Los datos se recogen con sensores en objetos, coches, máquinas e instalaciones y se trasmiten a redes de comunicación que recopilan todo tipo de datos, lo que se viene llamando “Internet de las cosas”.

Análisis de “big data”: un ejemplo

Imaginemos que se recopila de forma anónima  los movimientos de todos los teléfonos móviles por las calles de una ciudad LP Invisible y ubicua imagendurante varios meses y se analiza después para encontrar patrones de comportamiento en los movimientos de los dispositivos en relación a horarios, aglomeraciones, itinerarios o velocidad de desplazamiento.

En el MWC se presentó una demostración del uso de este tipo de datos en la ciudad de San Francisco.  El análisis permitía deducir con precisión qué cruces de calles o qué tramos de autovías eran los más propensos a accidentes, además de predecir en qué horarios y circunstancias ocurren (por ejemplo en días festivos o por la presencia o no de bares).

Pero no sólo es una demostración. Este tipo de análisis se ha utilizado ya en estudios para remodelación de las líneas de autobuses de Estambul, por ejemplo. Y ya se han publicado trabajos en el ámbito de la investigación de la nueva geografía de las ciudades.

No obstante, el  salto cualitativo está surgiendo cuando se analizan datos como esos junto a otros parámetros como los consumos eléctricos, el tráfico en webs de Internet y los datos meteorológicos. Y, si además esos análisis se aderezan con datos recopilados en tiempo real, el resultado es que se pueden predecir comportamientos de poblaciones y de grupos de personas con mucha precisión.

No hay que asustarse (o háganlo si lo desean) porque no se trata de un Gran Hermano (“Big brother”) que actúa de forma descontrolada.

Afortunadamente estos procesos no están únicamente en manos de unos pocos poderosos o de malvados, hay entidades y personas que ejercen un control y que continuamente denuncian posibles abusos reales o potenciales.

Esta oleada tecnológica tiene muchas cosas positivas: un buen uso, por ejemplo, es la predicción y detección temprana de epidemias.

Ante estos nuevos usos de los datos, conviene, desde luego exigir transparencia y auditabilidad y que se aumente la divulgación de estas capacidades entre los garantes de la privacidad y el derecho: jueces, policía, organismos de control.

También quisiera invitar a quienes tengan responsabilidades empresariales o de entidades públicas a que aprovechen estas tecnologías para mejorar las empresas y para proveer mejores servicios públicos.

Ubicua y accesible

Imaginemos que tenemos en nuestro bolsillo, o incluso  con una conexión íntima y directa a nuestra retina y a nuestro oído, toda la sabiduría de la computación cognitiva que ha sido capaz de vencer a los maestros del ajedrez o la que ganó en un famoso concurso de televisivo de preguntas rápidas. Este sistema se llama Watson.

Y que podemos consultar esa potencia de conocimiento con un lenguaje natural, en cualquier idioma,  y que podemos obtener una respuesta en microsegundos, siendo el sistema capaz de adivinar lo que necesitamos aunque  formulemos una pregunta incompleta.

Pues la empresa IBM ha puesto al alcance de los desarrolladores de programas para smartphones  esta tecnología,  convocando un concurso para premiar a los que desarrollen las aplicaciones que mejor aprovechen con un móvil la potencia de su sistema Watson.

Se trata de convertir un futurible en algo real.

Esto es un claro indicativo de hacia dónde se mueve el mundo tecnológico. Un salto cualitativo en la disponibilidad inmediata y ubicua de todo el conocimiento aplicado de la forma más precisa  para cada situación.

Complejísimos cálculos y análisis que hasta hace poco solo estaban al alcance de grandes corporaciones y con tiempos de respuesta largos, pronto lo estarán para profesionales y empresas de todos los tamaños.

Es fundamental entender estas tendencias y así estar preparado para poder aprovechar la potencia de las máquinas y sistemas.

Quien intente competir con la máquina en tareas repetitivas de cálculo o de análisis masivo está abocado al fracaso. Quien sepa aprovechar esa potencia a su favor, aportando el trato personal y la creatividad humana, será feliz y triunfará.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 2 marzo 2014

LP Invisible y ubicua

High tech para low tech

Mucha gente, cuando lee o escucha hablar sobre “high technology”, sobre alta tecnología, inmediatamente adopta una posición de admiración distante, de algo que está fuera de su alcance y entendimiento.

Cuando científicos, tecnólogos y especialistas debaten sobre sus materias correspondientes, es muy difícil para un profano seguirles, es cierto.

Si oímos o leemos sobre “startups de tecnologías emergentes con desarrollos de productos disruptivos que cambian los mercados”,  nos sentimos con una mezcla de admiración y temor.

Pero hoy no vamos a hablar de cosas esotéricas, ni del mítico e idolatrado Silicon Valley. Vamos a hablar de la economía real de las empresas de nuestro entorno.

Se suceden sin descanso las noticias sobre intercambios, alianzas, conferencias, seminarios y días del emprendedor que nos conectan con el legendario valle tecnológico de California, con la dinámica Israel o con el “hub” tecnológico de Boston y su prestigioso instituto MIT.

De Massachusetts a Massalfasar

O de Tel-Aviv a Teulada. O del Silicon Valley a Silla.

¿Qué relación puede haber entre las tecnologías avanzadas de esos lugares  y una empresa tradicional situada en la Comunitat Valenciana?LP High tech imagen

Pues puede haber mucha más relación de la que a primera vista pudiera pensarse. Los valores tradicionales que suponen el comprender el mercado y atender a las necesidades y deseos de los clientes están más vigentes que nunca. Esas son las lecciones que se aprenden en “Harvacete” como gráficamente ha expresado Juan Roig recientemente.

Pero ocurre que ahora los mercados son mucho más globales, tanto en oportunidades (clientes y colaboradores) como en amenazas (competidores). A los mercados tradicionales se ha unido una oportunidad con el crecimiento económico y demográfico de los países emergentes que convierten al antiguo mundo desarrollado, especialmente a Europa, en una “región periférica” y de poco peso en el cómputo del mercado mundial.

Para acceder a ese mercado global, empresas tradicionales, a las que de una forma coloquial podríamos referirnos como “low tech”, pueden aprovechar determinadas tecnologías en sus productos y en sus procesos y conseguir evolucionar y ampliar su horizonte, abordando, además de sus mercados tradicionales, nuevos mercados.

Algunos ejemplos de tecnologías y entornos que abren oportunidades:
–          Los envases inteligentes con materiales sensibles a las condiciones del producto.
–          Los sensores electrónicos y biológicos registrando variables e interconectando objetos e instalaciones.
–          La educación, tanto la primaria y secundaria como la profesional y la universitaria.
–          Big Data: análisis masivo y dinámico de datos públicos y propios de las empresas.
–          La Genómica.
–          El tratamiento de imágenes aplicado a la salud.
–          La atención personal asistida con herramientas de lenguaje natural y lógica amigable.
–          El entrenamiento profesional, por ejemplo para guía asistida en el mantenimiento de equipos

Cada uno de estos ejemplos, de los que el curioso lector puede encontrar información en fuentes fiables de divulgación tecnológica, abre oportunidades para nuestra economía y sociedad.

¿Y ésto cómo se consigue aplicar?

La receta de las cuatro T: Tesón, Tamaño, Talento y Tecnología, recomendada hace unos meses desde estas páginas para el éxito de las industrias híbridas está más vigente que nunca.  (web j.mp/induhib)

Sorprende quizá que cuando se le pregunta al joven ingeniero valenciano Iñaki Berenguer, que vive, trabaja (y triunfa) entre Nueva York y Singapur sobre las carencias de España y su sistema universitario y empresarial, destaque que “aquí no se enseña ambición” “emprender tiene momentos muy duros que hay que pasar y es un proceso largo”.

Y en ese proceso largo de innovación, de emprender y de exitosa transferencia tecnológica a las empresas hay unos componentes que se repiten:

Por parte de las empresas se necesita visión, decisión e impulso del empresario y de sus máximos directivos. Una unidad de negocio o un departamento  pueden evolucionar pero sólo logran mejoras graduales. Para la innovación profunda, la que abre oportunidades y mantiene viva a la empresa se necesita apoyo externo.

Los equipos multidisciplinares, con personas de formaciones distintas y experiencias diferentes, son las más creativas y efectivas para identificar e implantar los cambios.

Innovación abierta (Open Innovation) que venga de fuera a adentro y que salga del interior al exterior de las empresas. El líder mundial de algo tan “simple” como detergentes y otros productos para el hogar (P&G) con más de 170 años de historia, afirma que el 50% de sus nuevos productos vienen del exterior de la empresa.

Y también por parte de universidades e institutos tecnológicos, es preciso un salto cualitativo en su implicación con el tejido productivo, por ejemplo con programas de estancias en empresas y sobre con todo una mayor proactividad: necesitamos tecnología para construir un nuevo modelo que perdure y las universidades tienen que empujarlo. Han de ser el motor de una sociedad a la que sirven y que les da la razón de su existencia.

Y por encima de todo  hay que tener en cuenta que no hay que rendirse, hay que perseverar, explorar. No se rindieron nuestros padres y abuelos y lo tenían mucho más complicado.

Ya no somos una sociedad adolescente, tenemos experiencia, formación e infraestructuras de sobra. La anhelada recuperación no va a prosperar si hacemos lo mismo que veníamos haciendo. Actuemos como una sociedad adulta, con visión de futuro, con ilusión. La consciencia tecnológica es un componente imprescindible.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 17 noviembre 2013

LP High tech

Seriedad y tecnología

Abundan aún personas que piensan que lo único bueno, lo serio y lo que verdaderamente importa, está escrito únicamente en libros.

Hay quien sostiene que lo fiable, lo más serio, es enviar una carta en papel con membrete de imprenta y como mucho admite, en un alarde de modernidad, el envío de un fax. ¡Oh! Siento no estar de acuerdo, y mi opinión está recogida en “El fax es culpable”, publicado en estas páginas y que puede encontrarse en la web j.mp/faxculpa

Pero hoy me gustaría hacer autocrítica, hoy deseo reflexionar sobre el mal uso ocasional de tecnologías de las “infotelecos” por personas que las utilizan con poco rigor y seriedad, algo que, para mi pesar, aporta argumentos a mis queridos adversarios analógicos.

Recordemos que los usuarios de Internet ya son mayoritarios (el 53% de los españoles accede todos los días) y que entre los usuarios de móvil (casi todos los jóvenes y adultos) ya hay un 66% con acceso a Internet en movilidad (con smartphone) y por ello son usuarios potenciales de mensajerías tipo Whatsapp o de correos con el móvil.  Estas cifras de uso de smartphone nos sitúan en el liderazgo de Europa.

¿Nos ha traído a los españoles toda esta explosión de tecnología comunicativa en los bolsillos una comunicación más eficiente? La respuesta no es rotundamente positiva, la mejora no está siendo todo lo buena que cabría esperar.

El disponer de la última tecnología no nos vuelve serios y fiables.  Es cierto, el hábito no hace al monje.

Quiero desde estas líneas poner mi granito de arena para que, ya que tenemos la ventaja competitiva en España del alto uso de smartphones, la aprovechemos mejor, a favor de nuestra vida profesional y personal.

Problemas: mezcla,  saturación y trivializaciónLP Seriedad y tecnologia imagen

Sufrimos una sobreabundancia de canales de comunicación. En ellos se están mezclando los temas personales con profesionales, los informativos con los que requieren acción, los de ocio con los que están ligados al negocio.

Oímos a mucha gente que dice estar esclava de su correo electrónico y que le quita mucho tiempo de trabajo.

Los mensajes cortos con el móvil, que hasta hace bien poco se limitaban a unos pocos al día, se han multiplicado con los sistemas de mensajería gratuita (tipo Whatsapp, Line, Viber, o los mensajes directos en redes sociales).

Una “conversación” que puede comenzar con un medio, por ejemplo vía email, sigue a continuación en un debate de un grupo en una red social y más tarde se entrecruza con mensajes cortos privados, o incluso con mensajes públicos en redes como Twitter.

La extremada facilidad de escribir algo con el móvil y enviarlo a una o muchas personas provoca a menudo  precipitación y es causa de imprecisiones e ineficiencias.

La sobreabundancia de mensajes y estímulos nos distrae y provoca que hagamos lecturas apresuradas o poco serias, sin reflexión, sin enterarnos de lo que leemos.

Hay disparidad de apreciaciones sobre el valor de los distintos canales de comunicación: yo considero que esta nueva forma de comunicación es una pieza clave en la era del conocimiento, pero otros lo llaman “maquinitas” y “pantallitas”, síntoma del poco aprecio que algunas personas tienen hacia lo relacionado con las  telecomunicaciones e informática, que les lleva a hacer una  descalificación global de todo lo que reciban por esas vías.

Soluciones: orden,  releer antes de enviar

Para comunicar bien hay que estar atento, tanto para hablar y escuchar, como para escribir y leer. Los interlocutores deben cuidarse de conectarse a través de un medio que ambos admitan, y de hablar o escribir en la misma “sintonía”, para que los mensajes se reciban y se entiendan.

Yo aconsejo orden mental: evitar la multitarea en dos asuntos que requieran atención, respetar los tiempos de puesta a punto, de “sintonización” de nuestra mente en cada asunto.

Recomiendo orden temático. Evitemos por ejemplo enviar correos electrónicos con muchos temas mezclados o con frases en el campo del asunto que no tengan nada que ver.

Sugiero orden en uso de los canales y los formatos: para intercambios rápidos y muy interactivos de temas muy concretos,  la mensajería corta es adecuada. Utilice el email para comunicaciones más elaboradas. Minimice las respuestas encadenadas de correos que tratan muchos temas. Cuando el asunto sea importante redacte su comunicación en un fichero adjunto, con estructura  bien cuidada y envíelo incluso como fichero protegido de cambios (en PDF o  usando la opción de protección en su procesador de textos).

Sea preciso, y, en los datos importantes sea incluso redundante, como por ejemplo para una cita: “veámonos el miércoles 9 de octubre a las siete de la tarde en la calle de la Paz esquina con Comedias junto a tal edificio”. Y conteste confirmando que ha entendido y repitiendo los datos clave, por ejemplo: “acepto su oferta de servicios por 500 Euros más IVA para comenzar el 1 de noviembre”.

Ayude a los que comunican de forma imprecisa a que corrijan y aclaren sus comunicaciones. Va a necesitar cortesía y perseverancia.

Del mismo modo que va a necesitar paciencia, cortesía y perseverancia para educar y aconsejar a los más jóvenes y adolescentes, que, aunque parecen más capaces de atender en modo multitarea, están sufriendo muchos de los problemas que señalo. Y no solo en España, según vengo comprobando. Anímeles con ejemplos de su vida cotidiana a comprender los inconvenientes que pueden sufrir derivados de una comunicación imprecisa (citas fallidas, malentendidos…)

Mi último consejo es que lea, relea todo lo que va a enviar pensando en el estado mental y el nivel de comprensión de sus destinatarios. Una relectura a tiempo ahorra muchos disgustos.

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Actualización: conversación sobre esta misma temática en Radio Nou el 2 octubre 2013

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Artículo publicado en Las Provincias el sábado 28 septiembre 2013

LP Seriedad y tecnologia

Miedo a la tecnología

Tenemos miedo a la tecnología. Esto es un hecho que cada verano se debate en las más variadas tertulias de playas y chiringuitos.

Tenemos un sentimiento ambivalente porque, tan pronto deseamos presumir del último smartphone o de la última técnica de un tratamiento médico, como nos asustamos ante amenazas y riesgos desconocidos.

Este verano he comprado una lavadora en Internet para un apartamento en la playa. La anterior lavadora, con más de 15 años, nos avisó de repente que ya había completado sus servicios. La pereza de salir de la playa para acercarme a un centro comercial o de localizar una tienda clásica de electrodomésticos me animó a buscar soluciones por Internet. Allí encontré oferta de una lavadora de primera marca fabricada en España, vendida por una famosa cadena europea y con precio un 20% menor que el de la web de otra famosa cadena española. De modo que, puse mi pedido y en menos de 24 horas tenía la lavadora instalada y funcionando. Luego tuve algún problema administrativo menor que ha costado días aclarar.

Traigo a colación esta historia porque me ha servido para comprobar las distintas LP Miedo Tecnologia imagenrealidades de los usuarios por una parte, más o menos tecnificados y no muy proclives en sus decisiones de compra a la opción electrónica, y por otra la de los comercios y los servicios técnicos, cuyos empleados  sorprenden con una preparación irregular cuando dan respuesta a dudas y problemas. El resumen es: nos queda mucho por mejorar.

No es bueno que predomine en nuestra sociedad un miedo a la tecnología fruto de un desconocimiento. Tecnologías hay muchas y con un distinto grado de maduración. Me refiero en este escrito a las tecnologías electrónicas y de infotelecomunicaciones que, como contaba desde estas mismas páginas hace unos meses, ya están lejos de ser “nuevas” y son más bien “Viejas tecnologías” (web: j.mp/vietec)

Cómo disminuir ese miedo

¿Cómo paliar el desconocimiento que provoca ese miedo y a veces hasta un rechazo hacia la tecnología?

Un paso importante sería mejorar la forma en que nos explicamos los tecnólogos. Debemos estar en permanente alerta para que las personas a nuestro alrededor con otros perfiles entiendan la utilidad (y seguridad en su caso) de las facilidades tecnológicas a su alcance. Ello requerirá muchas veces paciencia y voluntad de ayuda.

A los más humanistas les pediría curiosidad, que pregunten y que no sucumban en tentaciones tecnófobas o en resistencias absurdas sin mostrar interés y ganas de saber.

Sobre estos deseos de mejora en la comunicación debo decir que el periodismo y la industria del entretenimiento provocan a veces efectos muy distorsionantes sobre la comprensión de la tecnología. Las noticias, ya se sabe, deben de presentarse de forma atractiva, a menudo exagerada, para atraer a lectores despistados y televidentes aburridos.

Y se produce a veces el fenómeno de la “propaganda exagerada” (en inglés “hype”) que explica muy bien la consultora Gartner con su curva de las expectativas de las tecnologías. Cuando una tecnología emergente se pone de moda por algún motivo la curva comienza subiendo en expectativas e interés muy rápidamente.  Ese alto interés puede ser debido a razones espúrias, por ejemplo que se mencione en una película o en la crónica sobre un artículo científico contado de forma futurista por algún medio de comunicación: la popularidad de esa tecnología puede crecer como la espuma, y estar en boca de todos. Alcanzada la cumbre, si las exageradas promesas no se cumplen con la rapidez anunciada, se cae rápidamente en la desilusión. Luego puede venir, en el caso de tecnologías que realmente tienen fundamento y oportunidad, una etapa de “iluminación” general y, cuando ya se cumplen resultados, se alcanza la creciente “meseta de productividad” y se generaliza su uso.

Por poner un ejemplo: las tecnologías de reconocimiento de voz ya están muy maduras y son capaces de convertir en texto escrito las palabras pronunciadas por un amplio rango de personas con variados acentos. Hace 15 años ya existían aplicaciones de reconocimiento de voz, pero estas estaban limitadas en vocabulario o requerían un entrenamiento previo, con lo cual las expectativas de rápido uso no se cumplían.

Pero ya se ha logrado desarrollar aplicaciones y equipos para mantener una conversación completa de preguntas y respuestas con un lenguaje natural. Hay disponibles algunas aplicaciones específicas de “lenguaje natural” (por ejemplo en el servicio de atención telefónica 1004) y otras más sofisticadas en desarrollo para entornos médicos.

No obstante, a este conjunto de tecnologías (en inglés se conocen como NLQA) le faltan aún varios años para una disponibilidad extendida en temas amplios.

Según Gartner, en su informe 2013  sobre “Tecnologías emergentes y su ciclo de exageración” (hype),  las tres tendencias del momento son:

  1. Aumentar a los humanos con tecnología: más allá de mejorarnos con sensores y memorias, también con ciber-órganos.
  2. Remplazar humanos por máquinas: por ejemplo uso de asistentes holográficos en tres dimensiones, o de vehículos que se conducen solos.
  3. Trabajar conjuntamente humanos y máquinas: aprovechando lo mejor de cada uno, la productividad, velocidad y resistencia de las máquinas  y la capacidad de afrontar lo desconocido y la inteligencia emocional en los humanos.

Un ejemplo de tecnología emergente con bastante “hype” es la llamada “Smartdust” (traducido en español como “Polvo mágico”). No se ría y le reto a que lo busque en Internet…

La tecnología avanza continuamente, es imposible estar al día de todo. La tecnología es fluida, no es una cima que se alcance, es un flujo que discurre como ya comentaba en el artículo arriba referido sobre “Viejas tecnologías”.

Por último querido lector, para paliar el miedo, le aconsejo apoyarse en personas de confianza que conozcan y hayan usado las tecnologías de su interés. Y usted por su parte, ayude a sus congéneres a entender y usar las técnicas o tecnologías que usted ya domina. Todos saldremos ganando. Feliz domingo.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 25 agosto 2013

LP Miedo Tecnologia

Locura móvil

Hay quienes piensan que lo de los móviles es una locura temporal, un sarampión. Creen que es pasajero ese fenómeno creciente que hace que adolescentes, jóvenes y no tan jóvenes, reunidos para charlar, en vez de hacerlo cara a cara, estén todo el rato consultando sus teléfonos inteligentes de última generación.

Piensan que se superará esa locura que nos vuelve perezosos y nos hace confiar de forma ciega en nuestros nuevos teléfonos porque nos hemos olvidado de concretar bien nuestras citas o visitas, en la certeza de que, si nos perdemos o llegamos tarde, siempre podremos llamar para preguntar o avisar.

El fenómeno que lo provoca no se detiene: cada pocos meses nos anuncian una nueva “maravilla” asociada a un teléfono móvil, a  una tableta o a un aparato conectado a Internet que vamos a llevar siempre encima. Nuestra capacidad de asombro está saturada y a menudo podemos confundir incluso las realidades con exageraciones futurísticas que parecen de ciencia ficción.

La tecnología asociada a los móviles se mueve muy rápido porque el mercado que hay detrás es gigantesco: alcanza ya a toda la humanidad. Más aún, se extiende a todo tipo de máquinas o  sensores, algo que ya se llama “Internet de las cosas”. Cualquier cosa, un frigorífico, una farola, un coche, objetos cotidianos interconectados a Internet  pueden dar información tal como alertas de cambios de temperatura, luz, información para regular el tráfico…

Hay tecnologías cada vez más avanzadas para esos aparatos sofisticados que llevamos en nuestros bolsillos por ejemplo pantallas táctiles de alta resolución y brillo, ultra delgadas y pronto incluso flexibles, lo que permitirá enrollarlas y extenderlas. También hay retos a batir: uno importante es mejorar la velocidad de proceso y de comunicación. Para ello cada año se desarrollan nuevos chips electrónicos de dimensiones ínfimas. Otro reto, gigantesco, es el de conseguir minimizar el consumo eléctrico para lograr que la batería nos dure, algo que se convierte en “misión imposible” porque cuántas más cosas hace un móvil de forma grata, más tiempo lo usamos. ¿Quién iba a pensar hace no tanto que veríamos muchos vídeos en un teléfono móvil?.

Ferias de tecnologíaLP Locura movil imagen

 Cuando aún no se han apagado los ecos de la Feria Consumer Electronics Show (CES) de las Vegas, en la que  se anunciaron centenares de novedades electrónicas asombrosas, ya tenemos en Barcelona la Feria Mundial de Móviles MWC. Se celebra anualmente  y comienza este domingo 24 de febrero y  dura hasta el jueves 28.

Desde hace días una oleada de noticias tecnológicas emerge en los medios escritos y en los telediarios. Esta semana que empieza vamos a tener presente un clamor de noticias sobre tecnología móvil, salvo que otras con escándalos políticos arrecien y las tapen.

La de Barcelona es una feria verdaderamente global. Hay asistentes de más de 100 países. Exponen 1.500 empresas en 94.000 m2. Es únicamente para profesionales: la entrada más barata cuesta 840€ y la más cara 6.000€. Los precios de los hoteles están en consecuencia: haga la prueba y si encuentra una habitación en un hotel de 4 estrellas en Barcelona ciudad por menos de 800€ la noche, por favor avise.

Mercado en crecimiento

 Todo este movimiento se explica porque el mercado es brutal y aún crece: estamos a punto de que el número de líneas de móvil supere el de habitantes del planeta, lo cual no significa que todo el mundo tenga un móvil. En muchos países es habitual que haya personas con varias líneas, bien por tener varios dispositivos o por razón de aprovechar tarifas especiales.

La tecnología no se detiene. El mercado es gigantesco y el ansia de los seres humanos por comunicarse y de acceder a informaciones es infinita.

Poco a poco, al menos es mi deseo y esperanza, iremos corrigiendo los defectos de nuestro comportamiento provocados por los móviles. Nos adaptaremos y recuperaremos la cortesía de la relación directa y potenciaremos ésta cuando podamos disfrutar de ella. Optimizaremos el uso de nuestra memoria e inteligencia, que estará apoyada en estas tecnologías que, si las usamos bien,  enriquecerán nuestra vida real.

La tecnología que perdure será aquella que sea más “invisible”, más ligera, con el interfaz más sencillo y natural.

Ya estamos viendo algunas de esas cualidades. Las tabletas y smartphones con pantallas táctiles tienen en su mayoría un interfaz muy intuitivo que no necesita manual ni clases formativas.

Atrás van quedando los ordenadores que tardaban minutos en arrancar y en los que el cambiar de un equipo a otro puede suponer días de trabajo perdido.

Las aplicaciones ligeras y “en la nube”, descargadas desde la red con aparente inmediatez, son una tendencia consolidada.

El poder usar múltiples dispositivos de forma segura, incluso para temas profesionales en las empresas es casi una exigencia de los usuarios a la que se está respondiendo con tecnologías que lo permiten. Su nombre: BYOD (Bring Your Own Device).

LAS PROVINCIAS va a publicar esta semana un seguimiento especial de noticias y curiosidades en la feria MWC desde su página de innovación http://www.lasprovincias.es/innova  y a través del usuario de Twitter @LPenMWC: no se las pierda.

Que tenga una feliz y tecnológica semana y recuerde que todos estos aparatos están a su servicio, para permitirle ser más humano y más inteligente, no al revés.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 24 de febrero de 2013

LP Locura movil

Infoxicación, infobesidad

Amigo lector ¿sufre usted de exceso de información? ¿padece dolores por la sobrecarga informativa? ¿siente que va a reventar de “infobesidad”? Es posible que usted sufra una “infoxicación”.

Esta enfermedad fue identificada en 1970 por Alvin Toffler en su exitoso libro “El Shock del Futuro”. Se llamó entonces “information overload” (es decir, sobrecarga o sobrepeso de información). Los anglosajones, con esa agudeza que les caracteriza, le pusieron el sobrenombre de “infobesity”, término que en algunos escritos se traduce como “infobesidad”. En España el profesor Alfons Cornella acuñó en 1999 “infoxicación” como término que expresa la misma dolencia.

Lo de los años 70 era sólo un sarpullido. A finales de los 90 cuando Internet empezaba a universalizarse ya podíamos hablar de una plaga. En 2013 tenemos una verdadera epidemia.

El riesgo de contagio y agravamiento es irremediable. Los españoles utilizamos cada vez más smartphones, (casi un 64% de usuarios activos de móvil con Internet) y por tanto, el acceso a información a toda hora no cesa, con consiguiente riesgo de infoxicación.

Pero no se preocupe en exceso. Afortunadamente ya se han desarrollado remedios preventivos y prescripciones curativas.

Debido a que hay personas, entre las cuales me incluyo, que han estado expuestas a bombardeos informativos desde hace décadas, a los que han  sobrevivido, no sin dificultad, se han desarrollado anticuerpos que los “info-científicos” han aislado y hoy nos los ofrecen en forma de sabias recetas.

El riesgo persiste, no obstante, porque lo que hasta hace poco eran sólo  tormentas de información, con la multiplicación de las redes sociales, las app (aplicaciones móviles), tabletas y todo tipo de “info-gadgets” ha convertido el asunto en una verdadera galerna, más bien en un tsunami.

Y eso no es nada comparado con lo que viene: “Internet de las cosas”, Internet en la ropa y complementos como gafas y relojes (“wearable”), coches y motos con Internet, ventanas, espejos. Más aún, vamos a tener: vida asistida ambiental (AAL), Interfaces directos ordenador-cerebro (BCI), … Mejor no sigo, no quiero asustar.

Situémonos mejor en conocer los riesgos actuales y ofrezcamos aquí algunos remedios y prescripciones.Infoxicacion  LP imagen

Remedios preventivos

Los ciudadanos informados veníamos gozando de la prensa impresa, la radio por ondas y la televisión. Para informaciones más reposadas acudíamos a libros y revistas. Así era el mundo informativo de forma universalizada en los países desarrollados desde mitad del siglo XIX y hasta finales del siglo XX.

A pesar de la proliferación de medios digitales, las viejas recetas aún funcionan: usted debe acudir a leer (y comprar) y escuchar todos los días el mismo medio (LAS PROVINCIAS, por supuesto 🙂 ) porque así entenderá mejor el flujo de informaciones en un contexto y con un filtro estable.

– La lectura preferente y constante de su medio favorito es precisa porque está elaborada por profesionales de la información que, en principio, contrastan las fuentes y ayudan a entender el contexto. Si conocemos la orientación del medio sabremos superar el sesgo de sus carencias. Fíjese también en las firmas: un buen artículo suele ir firmado por un buen periodista.

– El complemento ideal para las noticias recientes es el contrastar con otros enfoques mirando simplemente las portadas (www.kiosko.net es excelente para eso) o bien profundizar en alguna noticia o información específica por vías digitales.

– No olvide asentar ideas acudiendo a los libros “clásicos”, en papel o en soporte digital que contienen sabiduría contrastada.

– Si se trata de contrastar algo que usted conoce, usted es quien mejor puede hacerlo acudiendo a las fuentes originales y contrastando varios canales. Para esos menesteres, ¡ay!, algunos periodistas están escasos de tiempo o conocimiento.

– La cantidad de información es infinita. No pretenda leerlo todo. Piense que hace años vivíamos en un estanque informativo con 4 o 5 fuentes y ahora estamos en el océano abierto con zonas irregulares en las que a veces hay marejada junto a otras zonas en las que reina la calma. Aprenda a surfear, a navegar por las mareas informativas, a detectar las fuentes fiables.

– Clasifique, etiquete, ordene o descarte la información al primer toque. Optimice el tiempo empleado en estas tareas.

– La información es líquida. No se queda quieta, discurre de forma continuada. No se preocupe si se pierde algo del momento, si es importante ya volverá.

– No solo importan los hechos, sino la interpretación que hacen de los hechos las personas que nos rodean, o la que hacen nuestros amigos o nuestros clientes. Intente conocer lo que dicen las fuentes en las que beben las personas que sean de su interés.

Prescripciones curativas

Supongamos que usted ya está desbordado. Recibe centenares de correos electrónicos diarios. Sigue a cientos o incluso miles de personas en Twitter, Facebook, LinkedIn, Google+, Instagram, Pinterest y varias redes más. Está suscrito a decenas de blogs por email y a centenas de fuentes RSS. Se ha apuntado a grupos en redes sociales y en Whastapp. Y ahora le llegan nuevas redes y atractivas aplicaciones en el móvil.

– Lo primero: desdramatice.

– Desconecte del todo por unas horas ¿verdad que no pasa nada?

– Desconecte durante unos días ¿verdad que no pasa nada?

– No se puede olvidar de pensar: la información sin criterio, sin estructura, sin sentido, NO SIRVE.

– Para poder pensar necesita clasificar y etiquetar lo que le llega, o descartarlo. Y debe hacerlo con rapidez, usando su intuición.

– No tema equivocarse, si uno no se echa al agua para nadar no aprende nunca. Es preciso experimentar zonas indómitas, equivocarse, casi-ahogarse, para hacerse fuerte, para adquirir destreza. Hágalo con sentido, con cabeza.

– Aproveche la intuición de otros de cuyo criterio se fía. El mundo actual es más abierto, compartido. A buen seguro que en su ámbito de confianza ya hay personas que comparten informaciones en blogs o redes sociales señalando y comentando los aspectos más importantes: son como los “comisarios” de una exposición que ordenan y ponen en contexto: aproveche su generosidad.

– Si usted domina algún área de conocimiento y experiencia, comparta también su conocimiento de forma generosa y estructurada: facilite la lectura a sus seguidores.

El caso de los jóvenes

Los nativos digitales nacidos a partir de los años 80 ya han crecido dentro del tsunami informativo. Sus estructuras mentales son distintas, a buen seguro mejores. Tienen muchas ventajas y posibilidades de sobrevivir, pero también tienen carencias que debemos prevenir.

No les minusvalore, no demonice sus métodos de aprendizaje, intente mejor acercarse usted mismo a sus mundos para comprenderles mejor.

Desde esa posición de acercamiento les podrá orientar mejor para que adquieran hábitos saludables, por ejemplo:

– La velocidad, lo inmediato no lo es todo, el reposo, la distancia y la reflexión son también placenteros, además de ser NECESARIOS.

– Contrastar y analizar es bueno, especialmente antes de replicar y compartir información.

– La creación requiere esfuerzo y transpiración con una pizca de inspiración: lo bueno tiene detrás siempre un trabajo intenso que merece la pena. El copia y pega “no mola”.

– Buscar ejemplos de personas en el mundo digital que tienen buenas prácticas y que sirvan de modelo: los hay y cada vez más.

El mundo ha cambiado y el cambio no se detiene, se acelera. Es preciso vivirlo como es y aprovechar sus muchas virtudes.

Si alguna de estas recetas le es de utilidad, este humilde infodoctor @adomon que suscribe estará muy satisfecho. Y si conoce mejores remedios, le ruego que los comparta para que otros los podamos aprovechar.

Feliz semana.

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Artículo publicado en tribuna de opinión de Las Provincias el domingo 27 enero 2013

LP Infoxicacion Infobesidad

Globalidad y coraje

Los galardonados en los Premios Valencianos Siglo XXI de LAS PROVINCIAS nos han mostrado a todos su generosidad y su CORAJE.

Este aprendizaje nos lo tenemos que aplicar para transitar por este mundo globalizado. Sorprende ver que tenemos carencias absurdas a pesar de lo mucho que viajamos, lo teóricamente “informados” que estamos y lo internacionales que nos sentimos.

Intentaré explicarme: los nacidos entre los años 40 y los primeros 70, la gran mayoría de los lectores de esta página, habrán tenido una infancia esforzada y limitada (más limitada los de los años 40 y 50 que los de los 70) con un horizonte geográfico de a penas unos cientos de kilómetros. Decenas de kilómetros para los niños de la postguerra.

Sin embargo, los nacidos en los años 80 y 90, ahora jóvenes y adolescentes, han viajado mayoritariamente desde niños y en su adolescencia y juventud tienen al alcance de su bolsillo y de unas pocas horas, lugares que sus padres con suerte visitaban una vez en su vida empleando los ahorros de varios meses. Las compañías aéreas de “low cost”, los cursos de verano, los Erasmus y las redes sociales han hecho de Europa y de una gran parte del mundo una verdadera “aldea global”.

España por otra parte ha recibido en la última década millones de inmigrantes que se han establecido aquí con diversos objetivos: trabajo por cuenta ajena, emprendimiento o lugar de residencia a tiempo parcial o total una vez retirados.

Pero, con todo ese cosmopolitismo aparente, con toda esa exposición a lo global, una vez aquí, algunos parecen no mirar más allá de un radio muy pequeño de nuestras ciudades.

A los españoles nos falta un hervor (o varios, me dirían algunos). Salimos al extranjero como en rebaño, y no solo cuando vamos de turismo. También se comportan así muchos de nuestros brillantes jóvenes emigrados o expatriados así como nuestros abundantes estudiantes Erasmus.

Otras sociedades, como por ejemplo la anglosajona o la suiza, expertos en viajar desde hace siglos, van instruyendo y trasmitiendo desde la cuna. Los padres entrenan a los hijos, los abuelos a los nietos, para que aprendan las esencias y los secretos de la cultura y los valores de los lugares que visitan y detecten las oportunidades que el mundo ofrece para el beneficio de su tierra.

Aquí también se ha viajado desde antiguo, hemos tenido un contacto constante con territorios ultramarinos, hemos sido emprendores. La figura del indiano que hacía las Américas y volvía a su tierra y beneficiaba a su comunidad era a principios del siglo XX muy frecuente. En Valencia se vendían naranjas y calzado por todo el mundo. ¿Qué ha sido del coraje de esos emprendedores que en tiempos difíciles, sin saber idiomas, se echaron a la aventura y lograron hacer negocios en condiciones tan adversas?

Parece que nos ha entrado un pudor en España y una miopía que antes no tuvimos. Lo que aprendieron nuestros abuelos y padres, pioneros exportadores en algunos casos, emigrantes en otros, no se ha trasmitido. Se diría que, tras tanto sacrificio, han pensado y decidido: “Que mi niño no sufra” “que a mi niña no le falte de nada”. Y en ese camino fácil, los hijos tan cuidados no han aprendido a esforzarse, ni lo más importante, no han aprendido a observar ni a pensar.

Y claro, ha llegado la globalización, los chinos se han organizado y se han puesto a producir, y no solo ellos, también lo han hecho los turcos, los indios, los vietnamitas y los brasileños. Y mientras tanto los españoles (y una mayoría preocupante de europeos, todo hay que decirlo) nos hemos mecido dormitando en nuestro bienestar repleto de derechos y escaso de obligaciones.

Hace unos días estuvo en Valencia Josu Ugarte, presidente de Mondragón Internacional (corporación industrial cooperativista con 85.000 empleados y 15.000 millones de euros de facturación) y compartió cifras que hacen pensar: en los próximos 5 años el PIB de España crecerá un 0,6% que, comparado con la expectativa de crecimiento de un 64% de China, en términos absolutos representa un crecimiento del PIB de China 555 veces mayor que el de España. Y además de Brasil, Rusia, India y China (los llamados BRIC) hay otros países de menor tamaño, pero con crecimientos relativos semejantes o mayores: busque el lector interesado por los “Next eleven” o por las pirámides demográficas de MENA (Middle East and North Africa) o del África subsahariana.

Y con todo esto ¿qué se puede hacer en un pequeño país como España de apenas 46 millones de habitantes? ¿O en la Comunidad Valenciana con 5 millones? Pues hacer lo que sabemos hacer, pero bien. Y venderlo en los nichos del mercado global en los que nuestros productos y servicios, bien adaptados, tienen un mercado creciente.
Esto es fácil decirlo (escribirlo en mi caso) y yo no tengo la varita mágica, ¡qué más quisiera!. Pero de lo que estoy seguro es que estando parados, con orejeras y gafas mal graduadas, a la vez que sordos e incomunicados, no vamos a solucionar nada.

Abogo desde estas páginas dominicales por viajar mirando, observando, contrastando. Hoy día esto es muy fácil: hay sorprendentes cantidades de informaciones valiosas, disponibles al alcance de un “click”. Hay que practicar en la búsqueda, hay que explorar partiendo de un conocimiento, pero puedo asegurar por experiencia propia que el mundo no tiene fronteras, o las que tiene son fácilmente superables.

Hasta aquí he señalado los defectos, las limitaciones. Permítame, querido lector, compartir DIEZ consejos que están inspirados por muchas personas expertas que actúan de esta forma.

UNO: viaje y expóngase a lo inesperado, observe, escuche, aprenda.
DOS: lea, documéntese antes y después de viajar, y también durante el viaje. Las informaciones escritas, las fotografías, los videos que se pueden encontrar en Internet son asombrosamente útiles.
TRES: recorra los lugares con mapas electrónicos, antes y después del viaje. Puede familiarizarse con los lugares de forma que cuando esté allí le aproveche mucho más.
CUATRO: deténgase en comprender algo de la historia y la cultura de los pueblos y lugares. La vida es como un río y lo que hoy ocurre viene de un lugar y va hacia otro. Comprendiendo los orígenes se comprende mejor a los pueblos
CINCO: aprenda y practique idiomas. El inglés por supuesto, la “lingua franca” de nuestra era. Y también otros idiomas mayoritarios según sus deseos y preferencias: alemán, francés, italiano, ruso, portugués, árabe, japonés o chino.
SEIS: mejore sus habilidades en herramientas digitales: Internet, ordenadores, tabletas, smartphones son de gran ayuda para todo lo anterior, se pueden hacer búsquedas, navegación, traducción.
SIETE: sea humilde, pregunte, estudie: quien no pregunta no se entera de casi nada.
OCHO: admita que hay otros puntos de vista, otras culturas, otras referencias, que las verdades comunes, lo obvio, no es igual en todos los países.
NUEVE: atrévase a querer aprender de los emigrantes que viven en España. Al igual que algunos de nuestros mejores jóvenes están ahora emigrando fuera, pensemos que quizá los iberoamericanos, europeos del Este, norteafricanos o subsaharianos que abundan en nuestras ciudades posiblemente sean personas con capacidades y conocimientos muy valiosos.
DIEZ: más que en términos de “multinacionales” y de exportaciones e importaciones estancas, piense en globalidad, en multilocalización.

En definitiva, pensemos que el mundo no son compartimentos estancos, que hay caminos de ida y vuelta y que con curiosidad, conocimiento y coraje, las oportunidades llegarán y las aprovecharemos.
Feliz semana.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 25 de noviembre de 2012

Innovación superlativa

Están puestas muchas esperanzas e ilusiones en la innovación y el emprendimiento como recetas mágicas para superar la crisis que nos atenaza.

Quisiera llamar la atención de lo que en mi opinión puede llevarnos a una decepción si abusamos de estos términos en discursos y estrategias sin el suficiente rigor y mesura.
No sería la primera vez que algo así ocurre. En los años 90 se hablaba hasta la saciedad de las “autopistas de la información”. Luego vino Internet, las punto.com y la “Sociedad de la Información”. Todo parecía superlativo y fantástico. Pero después llegó la burbuja de las punto.com y su pinchazo. Así tenía que ocurrir con las que no aportaban valor real.

A mí me parece que parte del problema del abuso de estos términos es debido a que los periodistas son de letras. Que me perdonen estos profesionales, si es que alguno lee este artículo, pero muy a menudo he visto y sufrido noticias y comunicados en los que los conceptos y cifras se distorsionan de modo tal que se convierten en falsos o incomprensibles, incluso hasta para los propios expertos.

Quizá sea el afán de conseguir un titular llamativo o lograr una repercusión notoria el que fuerza la maquinaria de la propaganda o de la fantasía, con un resultado que es una exageración y que, tras un flash fugaz, a menudo es contraproducente.

También está el fenómeno de la “ciencia ficción ilusionante”. Se han dado casos en los que tras comentarse en fases de negociación sobre un proyecto tecnológico que tenía la posibilidad de generar unos 80 empleos, en el comunicado de prensa y posteriores discursos la cifra se ha convertido en 800. O cuando alguien ha hecho una previsión ilusionante, pero sin ningún fundamento, de un crecimiento por ejemplo de 350 a 13.000 empleos asociados a una tecnología determinada esa cifra termina apareciendo en un documento de estrategia pública.

Ante estas noticias el problema es que los que entienden del asunto se quedan perplejos y callan por cortesía y los que no entienden, les parece todo tan estratosférico que desconectan del tema. Y, cuando transcurrido el periodo previsto de crecimiento las cifras no se materializan, el descrédito y el desánimo son inevitables.

No seré yo quien no muestre ilusión y esperanza en la innovación y el emprendimiento. Yo creo que el aprovechamiento de tecnologías emergentes es clave para la prosperidad y el bienestar.

Lo que si quiero es alejar esos conceptos de la avaricia, el pelotazo y el rápido enriquecimiento. Innovación y emprendimiento habitan más bien en el mundo del rigor y del esfuerzo. Ya lo dejaron dicho sabios y genios de la historia: un 90% de transpiración y un 10% de inspiración.

Recuerdo que en los primeros años 2000 hubo un “empresario negociante” que se quejaba muy seriamente de que eso de la tecnología era un engaño porque él había invertido dinero de su empresa comprando acciones de Terra y había perdido mucho. Seguramente después compró acciones de Astroc y pensó lo mismo de la construcción…

Reconozco que parte de la culpa la tenemos los que transitamos por los mundos tecnológicos o científicos: nos explicamos muy mal.

Por ello quiero aprovechar el espacio que me brinda LAS PROVINCIAS para poner mi granito de arena en explicar algunos conceptos.

En primer lugar hablemos de INNOVACIÓN.

“La innovación es buscarse la vida” ha dicho Ferran Adrià este jueves en Valencia en el Foro Con Tu Negocio que ha organizado Telefónica Movistar. La frase es tan buena que la tomo prestada.

Innovar es no quedarse quieto, no conformarse, hacer cosas nuevas y hacer las cosas de siempre de una forma nueva. Puede haber innovación en productos, en servicios, en procesos o simplemente en la forma en que se relacionan los empleados de una empresa o los miembros de un equipo.

La innovación no requiere obligatoriamente usar una tecnología emergente, ni mucho menos. Un ejemplo sencillo de innovación es “la estrategia del delantal” de Mercadona: observando lo que quiere el cliente para limpiar, entre otras cosas ha descubierto que usamos el vinagre como producto de limpieza, especialmente en zonas con aguas duras, y ha lanzado un vinagre especial limpieza.

EMPRENDER es iniciar un camino, que puede ser una aventura o un proyecto bien madurado y planificado.

Se puede emprender por oportunidad, por necesidad o por supervivencia, como bien explica Jesús Casanova del CEEI Valencia. Algo sabrán de emprender en ese centro de empresas innovadoras dado que llevan más de 20 años acompañando proyectos empresariales.

Emprender no necesariamente va asociado a una innovación tecnológica, se puede emprender sin tecnología aunque siempre será precisa al menos una pizca de innovación.

Abunda en estos tiempos el emprendimiento por necesidad con motivo de la crisis: ante una pérdida de trabajo muchos profesionales se lanzan a emprender. Estos emprendedores consideran la situación de pérdida de empleo NO como algo malo o un fracaso sino como una oportunidad en la que como mínimo pueden aprender mucho.

El emprendimiento por supervivencia resulta vital para las empresas existentes. Ni las empresas más poderosas pueden sobrevivir haciendo siempre lo mismo. Tienen que permitir y propiciar a los emprendedores internos para mantenerse.

El emprendedor por oportunidad es aquel que ha descubierto un producto o una necesidad no atendida en el mercado y se lanza a organizar una empresa para atenderla. En este caso si suele ir asociada a tecnologías emergentes, bien sea en el producto en sí o en el aprovechamiento de algunas tecnologías para diseñar, fabricar o distribuir el producto.

En España falta cultura empresarial, cultura de emprendedores que creen empresas sólidas y perdurables. El problema quizá venga de la enseñanza a los niños por parte de padres y profesores. Se inculca la aversión al riesgo, se castiga el fracaso hasta límites incluso crueles. No se enseña a aprender de los fracasos, cuando eso es la clave de la evolución.

También se castiga el éxito, pero esa es otra historia igualmente triste.

En una tierra como Valencia que fue capaz de vender naranjas y azulejos en los años 60 y 70 a países de Centroeuropa más allá del telón de acero, como ha recordado Josep Vicent Boira recientemente, sorprende que esos padres y esos abuelos hayan educado a sus retoños en la pereza y la blandenguería para “que no les falte de nada” y “que no tengan que trabajar tanto como yo hice de joven”. Hemos creado JASP: jóvenes aunque sobradamente perezosos. Y emprendimiento, innovación y prosperidad no riman con pereza y avaricia, riman con esfuerzo y rigor.

Vamos ahora con las TECNOLOGÍAS. Cuando leo o escucho lo de “Nuevas Tecnologías”, perdóneme querido lector, pero me suena casi a lo de Edad Moderna: el periodo de la historia de occidente que va del renacimiento a la revolución francesa.

Y luego está esa asociación automática entre lo de NNTT (así lo escriben algunos) y las TIC: Tecnologías de la Información y las comunicaciones, es decir las que tienen que ver con la informática y telecomunicaciones. Yo prefiero el término “infotecnologías” muy acorde por cierto con el término “infotelecomunicaciones” que viene en la Ley de Enjuiciamiento Civil de España (artículo 162).

Pues bien las TIC ya tienen unos añitos, aunque cada día surgen tecnologías que las mejoran, y no todas las “nuevas tecnologías” tienen relación con las TIC.

Recomiendo referirse mejor a “tecnologías emergentes” que además es el término consolidado en wikipedia y recomiendo especialmente leer el listado de “emerging technologies” en la Wikipedia en inglés porque tiene una agrupación y explicación muy buenas de más de 150 tecnologías emergentes en 12 áreas: agricultura, biomedicina, pantallas, electrónica, TICs, fabricación, ciencia de materiales, defensa, neurociencia, robótica y transporte.

Se agota ya el espacio y termino diciendo que he intentado poner a nivel de calle lo que es innovación, emprendimiento y tecnologías emergentes, o al menos creo haber dado unas pistas para que cada uno descubra más cosas.

Porque si hay algo que está muy claro es que sin curiosidad, humildad y mucha ilusión, no es posible ni emprender ni innovar.
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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 21 de octubre de 2012

Google

El fax es culpable

El fax es culpable de gran parte del retraso tecnológico en España y la extensión de su uso está lastrando gravemente nuestra productividad y competitividad. Guerra al fax.

Querido lector de la prensa dominical, no se apure. Si ha enviado usted algún fax en los últimos meses, no es usted culpable, seguramente es una víctima. Voy a tratar de convencerle y ayudarle a luchar contra esta plaga.

El fax tiene (diría más bien tuvo) alguna indudable virtud que explica su persistencia: entre los años 80 y 90 reemplazó en las sociedades desarrolladas el envío de cartas gracias a la autonomía que supuso el poder enviar y recibir en pocos minutos la imagen de un papel desde una línea telefónica convencional y con un coste reducido del equipo, del papel o tinta y de la llamada telefónica provincial, nacional o internacional. Esto le confiere una falsa apariencia de modernidad.

Yo quisiera transmitir que esas virtudes han sido superadas por sistemas de comunicación telemática más eficientes y baratos.

Una sustitución directa sería el enviar por correo electrónico una foto o una imagen digitalizada con un escáner del papel que se desea enviar: solución suficiente y al alcance de cualquiera.

El paso siguiente es darse cuenta de que la gran mayoría de “papeles” han sido producidos previamente de forma digital con un ordenador de modo que me pregunto: ¿para qué imprimirlos para después digitalizarlos, enviarlos y volverlos a imprimir por el destinatario?

Rebatir esta forma de actuar me obligaría a declarar también la “guerra al papel” y ese asunto tiene muchos matices y requiere quizá otro artículo.

Volvamos al fax: lo que encuentro preocupante es que algunas empresas y entidades han decidido adoptar el fax como medio de comunicación fehaciente y fiable. Pero los envíos de fax normales y corrientes, a los que algunas empresas y entidades confieren valor, se pueden usurpar y falsificar fácilmente.

Algún informado lector me podría decir que hace menos de dos años fue el Tribunal Constitucional el que sentenció la validez del fax como medio de comunicación procesal y que si el TC lo respalda, entonces el fax es la apuesta segura para las comunicaciones.

Pero se precipitaría quien así pensara, porque el TC avala su uso siempre y cuando la comunicación por fax tenga unas características y circunstancias que no se cumplen en la mayoría de los casos.

De hecho el TC se basa en la LEC (Ley de Enjuiciamiento Civil) que permite “actos de comunicación (que) dispusieren de medios electrónicos, telemáticos, infotelecomunicaciones o de otra clase semejante, que permitan el envío y la recepción de escritos y documentos, de forma tal que esté garantizada la autenticidad de la comunicación y de su contenido y quede constancia fehaciente de la remisión y recepción íntegras y del momento en que se hicieron”.

Dejo constancia que me agrada leer en una Ley el término “infotelecomunicaciones” y pido desde aquí que me informen si algún lector conoce quien fue el valiente y preclaro legislador que introdujo esta palabra.

Pero este artículo se empieza a parecer a algo escrito por un jurista. No querido lector, sigo siendo únicamente un ingeniero, pero ello no obsta para que no sea consciente del entorno jurídico-social al que dirijo mis opiniones.

Actúo como ingeniero: hay un problema real (no conseguimos deshacernos del fax en España) y busco una solución posible.

Intento prescindir del fax desde hace una década y en los últimos años he conseguido incluso que importantes instituciones sociales y empresariales recogieran esta recomendación. Pero ¿por qué trato de prescindir del fax? Pues porque, como he dicho más arriba, considero que ha sido superado por los sistemas de comunicación telemática y que son más eficientes y baratos. Todo tiene un tiempo. Del mismo modo que en su día la imprenta sustituyó a la escritura manual.

Desafortunadamente la falta de cultura tecnológica en muchos estamentos confiere al papel un valor de certeza y fiabilidad muy superior a cualquier medio electrónico. Me pregunto cómo pueden algunas empresas y entidades defender que un comunicado por fax es fehaciente en su remitente, contenido, receptor y fecha, teniendo en cuenta que puede ser objeto de falsificación.

No me refiero al Burofax, claro está. Se trata éste de un excelente servicio de comunicación fiable y fehaciente de Correos al que por cierto se puede acceder directamente sin necesidad de acudir a una oficina de Correos desde la dirección web http://www.burofax.es.

Ejemplos de esta desconfianza ante los sistemas de comunicación telemática hay muchos. Puedo decir algunos ejemplos:
-Esta pasada semana un banco español, que por cierto presume de tecnológico, ha pretendido que les enviara un fax.
-Un importantísimo operador internacional de telecomunicaciones, ¡¡en pleno siglo XXI y siendo un operador telefónico avanzado!!, igualmente ha pretendido que les enviara un fax.

En ambos casos me he negado, me he resistido como un jabato, proponiendo alternativas más seguras, o alternativas sustitutivas como la del documento escaneado y enviado por email indicado al principio. No ha habido forma: las únicas alternativas aceptadas han sido la visita en persona a una sucursal del banco y la grabación de la conversación en el caso del operador. Por cierto aún estoy esperando copia de la grabación, espero que no tarde mucho.

Quizá querido lector usted conozca más casos igualmente llamativos. No creo que mi banco o mi empresa de servicios sean los únicos que obliguen a enviar un fax.

Algo de esto me han dicho personas a las que he comentado este problema y mi decidida voluntad de que se resuelva. Es por ello que hemos creado una página en Internet para compartir el conocimiento sobre empresas y entidades “culpables” y proponemos hacerlo aprovechando la “inteligencia colectiva” en modo “wiki”.

Hay amigos que me recuerdan que el papel es cálido y muchos aún imprimen el 99% de los escritos que les llegan por medios electrónicos y los archivan en carpetas y expedientes. Como uso individual para facilitar la lectura es entendible (¿ para cuándo pantallas gigantes en todas las mesas?), pero el papel puede estar sirviendo de refugio a la burocracia y a empresas que quieren poner barreras bien altas para ocultar sus ¿malas? prácticas y dificultar así reclamaciones y bajas de sus clientes.

Por supuesto que con procesos electrónicos mal diseñados también puede haber errores, manipulaciones y malas prácticas. Pero ese riesgo no se soluciona volviendo al papel y al fax. Se soluciona diseñando procesos robustos a todo tipo de fallos y ataques, especialmente los que practican los “hackers” sociales: timadores de toda la vida que no usan la tecnología sino que se aprovechan de la ignorancia de las personas y de los agujeros en los procesos de las empresas.

Las empresas más competitivas usan desde décadas el intercambio electrónico de datos (EDI) y los afortunados profesionales de las empresas más avanzadas utilizan el correo electrónico desde los años 80 y realizan transacciones por Internet desde los años 90.

Hay países en que se están saltando la “revolución de la telefonía fija” y también por supuesto la “revolución del fax” e incluso la “revolución del papel”. Ya hacen transacciones electrónicas fehacientes basándose en el teléfono móvil. Esos países están en África y Asia y sus habitantes tienen ganas y “hambre” para cambiar el mundo y que el siglo XXI les favorezca.

No se asuste querido lector, pero movilícese. Usted puede ayudar a cambiar su sociedad con pequeñas cosas como la que yo propongo desde estas páginas: Guerra al fax, porque el fax es culpable.

Cambiemos eso con perseverancia y rigor y habremos avanzado adentrándonos verdaderamente en este siglo.
Feliz semana.
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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 16 de septiembre de 2012