Cosas que escuchan y hablan

Hace unos días leíamos en portada de LAS PROVINCIAS una inquietante noticia avisando que la policía puede grabar conversaciones desde los teléfonos móviles incluso estando éstos desconectados. LP portada Interior grabar conversaciones 30may16 La noticia, recogida también en muchos otros medios de comunicación, nos alertaba sobre la posibilidad real de que alguien, sin el debido soporte de la ley y los jueces, nos pudiera grabar en cualquier momento.

Por otra parte, leemos a menudo sobre los múltiples aparatos  presentes en nuestros hogares  y en sistemas que llevamos encima que están en permanente escucha: ordenadores con cámara y micrófono que pueden ser activados remotamente sin que el usuario lo permita o lo conozca, televisores inteligentes que escuchan posibles órdenes verbales del usuario y que están conectados a la red, donde pueden perfectamente subir las grabaciones, teléfonos avanzados con reconocedores de voz dotados de inteligencia artificial  (Siri en los iPhone, Cortana en Windows o Now en Google).

Y no sólo nos escuchan esos aparatos, de los que ya sospechamos que son “inteligentes”. Existen ya termostatos, frigoríficos, lavadoras y cocinas que escuchan y que, de una manera u otra, se conectan a la red donde suben las grabaciones para reconocer el contenido, traducirlo o producir una transacción.

Y por supuesto están los coches, que cada vez más también hablan, escuchan y están conectados a la red.

Estas tecnologías son referidas por los medios especializados con el término Internet de las Cosas (en inglés IoT = Internet of Things). Tecnologías que, unidas al “Big Data” (capacidad de analizar cantidades masivas de datos para encontrar secuencias o patrones de comportamiento con los que detectar eventos o predecir tendencias en tiempo real) constituyen un cóctel de potencia explosiva.

¿Dónde queda nuestra privacidad?

La respuesta a nuestras inquietudes sobre el respeto a la privacidad y protección de datos personales, más allá de lo que diga la legislación, es algo que “de facto” evoluciona con el tiempo.

Pensemos por ejemplo en cómo cambió la percepción de la privacidad cuando a finales del siglo XIX empezó a extenderse de forma masiva la prensa escrita (en 1895 el periódico diario de “Le Petit Journal” tenía una tirada impresa de ¡dos millones de ejemplares!). Esta difusión masiva, unida a la extensión de las hemerotecas y documentalistas, trajo una mayor transparencia a la vida social y una pérdida de privacidad.LP Cosas que escuchan y hablan Imagen

Más de un siglo después, con la masiva extensión de Internet en móviles inteligentes con cámaras y con geoposicionamiento, los temores a la pérdida de privacidad que a buen seguro habría a finales del siglo XIX se han convertido en una minucia.

Porque además, si a la información obtenida de todos estos equipos mencionados, que pueden escuchar y grabar sin control del usuario, le unimos la información obtenida con los dispositivos “ponibles” (wearables) que registran y transmiten a la red constantes vitales y parámetros de salud, tenemos servido un cóctel explosivo anunciado.

Y muy especialmente si esa información cae en manos de “los malos”.

La preocupación está fundamentada. Y las grandes compañías reaccionan: el reciente nombramiento por parte del nuevo presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete del “hacker” Chema Alonso como máximo director ejecutivo de Datos masivos y seguridad es un hecho que invita a la reflexión.

Comodidad versus privacidad

Nuestra privacidad siempre ha estado expuesta, y a menudo lo consideramos como un hecho positivo. A muchos nos molesta que, si en un momento determinado se nos ocurre hacer una búsqueda en Internet, por ejemplo de hoteles o billetes de avión para un viaje, durante semanas, o incluso durante meses, nos aparecen por todos los sitios anuncios relacionados con ese posible destino.

Sin embargo, cuando visitamos físicamente nuestra tienda favorita del barrio, digamos que una frutería de las de “toda la vida”, nos agrada que el tendero nos ofrezca la fruta favorita de nuestra familia porque ese día está a buen precio o en excelente punto de sabor. No nos molesta incluso, que si alguna vez hemos comentado en la tienda sobre algún hecho familiar (feliz o triste), nuestro tendero se interese por la evolución del mismo.

Esa misma personalización de la relación comercial-personal se ha trasladado de forma masiva al entorno digital. El problema surge cuando algunas webs o aplicaciones lo hacen de forma excesivamente intrusiva o abrupta.

Relájese y sea bueno

Querido lector, si usted quiere ser malo, si quiere hacer cosas malas, es mejor que no se conecte nunca a Internet, que no use un teléfono móvil o se acerque a alguien que lo tiene. No camine por un centro comercial o se detenga delante de un escaparate.

Casi mejor no camine por la calle en absoluto. Y en casa olvídese del teléfono, de la red eléctrica, de la del gas y del suministro de agua. Para mayor privacidad no coma, ni beba. Más aún, no respire y por supuesto, no piense.

Pero claro, así no se puede vivir. Relajémonos y actuemos con prudencia en la cesión consciente de nuestros datos. No olvidemos que no hay nada gratis: o lo pagamos con dinero o con un trozo de privacidad.

Pero sobre todo y para mayor seguridad: sea bueno. Feliz semana.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 12 de junio de 2016

LP Cosas que escuchan y hablan

Inteligencia diseminada

La semana pasada se ha celebrado en Barcelona la feria mundial de móviles MWC, uno de los más importantes eventos del mundo que gira alrededor de la electrónica, los móviles, las telecomunicaciones y la vida digital.

Por más que se repitan cifras, éstas no dejan de asombrarme: la mitad de la humanidad usa el móvil y un tercio  tiene conexión a Internet móvil.

La cantidad de mensajes, llamadas, aplicaciones y transacciones son apabullantes: se cuenta por centenares de miles de millones.

A la feria han acudido 93.000 visitantes record histórico de asistencia. Los casi 2.000 expositores han presentado ideas y productos y han intercambiado visiones del presente y del futuro.

Me llama la atención que este foro sea cada vez más un lugar multidisciplinar que congrega a profesionales de muchos sectores. Acuden y son entrevistados, como ejemplo, presidentes de grandes bancos tradicionales y de tarjetas de crédito líderes mundiales.  Estos importantes visitantes al MWC ha dicho frases que se han convertido  en titulares  en los medios de comunicación: “El dinero son datos”, “El futuro de la banca se decide aquí” o “El móvil será pronto el canal más importante para la banca”.

Hay operadores de telecomunicación que están comprando bancos. Hay bancos que están comprando empresas de software y de servicios electrónicos. Hay empresas tecnológicas que compran fábricas de termostatos. Existen fabricantes de cepillos dentales que están integrando la electrónica y sus aplicaciones en sus productos par que éstos sean mejores.

Los coches se han convertido en omnipresentes en el MWC. En ellos pasamos mucho tiempo y, por su condición de movilidad y exigencias de seguridad, se convierten en un objetivo donde ubicar todos los avances de la electrónica. Pero los coches son sólo un ejemplo de lo que está llegando: los chips electrónicos con sensores, procesadores, memoria y comunicaciones están poblando todos los objetos. Este fenómeno se llama ahora “Internet de las cosas”. Las siglas en inglés IoT (Internet of Things) han sido unas de las más repetidas en las conferencias, carteles y exposiciones del MWC.

Inteligencia en todas partes

La inteligencia conectada presente en las cosas, en la ropa y en los accesorios es una clave tecnológica actual, tal y como  se apuntaba hace unas semanas desde estas páginas al hablar de “Revolución tecnológica” (j.mp/revotecno).

Se trata de una “inteligencia diseminada” con un ritmo de crecimiento exponencial que va a provocar cambios aún mayores que los que hemos visto desde la explosión de Internet y de la telefonía móvil.LP inteligencia diseminada imagen

El teléfono móvil, o mejor llamado “dispositivo móvil inteligente conectado permanentemente a redes de banda ancha” va a continuar siendo un elemento clave, haciendo de pasarela o de almacén y sirviendo para conectar a otros accesorios inteligentes.

No puedo asegurar qué productos tendrán éxito entre los que hoy día se clasifican como de la “tecnología ponible” (wearables) y entre los de “Internet de las cosas”. Pero a la vista del masivo interés de desarrolladores y de empresas de tecnología y de servicios que estamos viendo en ferias como MWC, es seguro que algunas propuestas triunfarán.

La lógica hace pensar que para acceder a esa “inteligencia diseminada” pronto evitaremos el estar continuamente mirando una pequeña pantalla con el smartphone en la mano. Se dice, y con razón, que el uso actual  de los móviles  es peligroso para conductores, pero también lo es para peatones. Además el uso abusivo de los smartphones se ha convertido en un elemento molesto en muchas conversaciones o reuniones.

Tendremos quizá interfaces que conecten con el oído, la vista y  el tacto: dispositivos auditivos cloqueares, gafas o lentillas con proyección 3D, interfaces táctiles con tecnologías hápticas o incluso conexiones directas con el sistema nervioso del cerebro.

La tecnología se hará pues más invisible y  de aspecto menos intrusivo. Tendremos “superpoderes” estando dotados de una gran memoria, de información filtrada, capacidad de cálculo y proceso y de funciones de inteligencia artificial. En realidad hoy día ya estamos disfrutando de algunos de esos “superpoderes” aunque para ello tengamos que estar mirando el móvil.

Datos masivos. Privacidad y transparencia

Esta hiperconexión de personas y cosas genera millones de datos, algunos de ellos muy privados (datos de salud por ejemplo).

Será necesaria una buena cultura tecnológica de nuestros legisladores y dirigentes para que las normas que regulen la privacidad se adapten a la cultura de los europeos sin llegar a ser un estorbo para la innovación.

El Análisis de datos anonimizados de historiales de salud, junto a registros de constantes vitales correlacionados con esos datos puede traer grandes avances en la detección precoz de enfermedades o de epidemias.

Los datos de las ciudades y territorios que no afecten a la seguridad deben ponerse en formatos agregables a disposición de proyectos y desarrollo de nuevos servicios. Son datos públicos y deberá imperar la transparencia.

Oportunidades y amenazas

La “inteligencia diseminada” va a llegar y estamos viendo sus primeros pasos.

Según el presidente de la  empresa tecnológica Cisco, la mitad de los actuales proveedores de servicios van a desaparecer en una década. Y se refiere a servicios de todo tipo: transporte, hostelería, publicidad, entretenimiento, finanzas, comercios, seguros, telecomunicaciones…

La mezcla híbrida de servicios y productos y la canibalización disruptiva de diferentes industrias se va a acelerar. Las empresas y sectores que no se transformen a sí mismos se convertirán en irrelevantes y desaparecerán.

En estos cambios también aparecerán oportunidades: es preciso estar alerta. Los empresarios y profesionales podemos aprovechar nichos y trabajar en una evolución inteligente de nuestros talentos y negocios. Pero para ello tendremos que  entender las corrientes tecnológicas.

El futuro ya está aquí con inteligencia diseminada por todas partes.

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Artículo publicado el Las Provincias el martes 10 marzo 2015

LP inteligencia diseminada

En la feria de móviles MWC 2015

Este año la feria MWC se ha ampliado aún más hacia entornos que desbordan el mundo de la telefonía móvil. Los más de 93.000 asistentes y 2.000 expositores así lo acreditan.

Aprovechando mi visita con un pase de prensa 😉 he colaborado con Las Provincias enviando crónicas con novedades y curiosidades que van más allá de descripciones técnicas de productos.

También hablé en Radio Valencia SER en una entrevista en el programa Hoy por Hoy locos por Valencia que puede escuchar en este enlace.

Ford Bici y coche conectado MWC

El lunes en la conferencia estrella estuvo el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, quien se presentó este año como amigo de los operadores de telecomunicaciones.

Mark Zuckerberg en MWC15

Un claro ejemplo de que el mundo digital y electrónico llega más allá de los móviles son los coches: en la feria encontré más de 20 vehículos en distintos stands de operadores y fabricantes.

Aplicaciones curiosas del digitalización conectada (Internet de las cosas) las había abundantes: raquetas, zapatillas de deporte, balones de fútbol, zapatillas de bebés y hasta un cepillo dental conectado al móvil que probamos y que ya está a la venta.

La presencia de empresas valencianas ha sido limitada en número, pero relevante y digna de mención.

La conferencia más clarividente, desde mi punto de vista, del impacto del mundo digital canalizado a través de los móviles en todos los ámbitos económicos y sociales ha sido la del presidente del BBVA Francisco González: «el dinero son datos», «la competencia de mi banco está entre las empresas tecnológicas» «es un cambio brutal y quien no lo vea no sobrevivirá».

BBVA Fco Gonzalez MWC 4mar15