Viejas tecnologías

Este artículo iba a tener como título “Nuevas Tecnologías”, pero mientras lo preparaba, éstas han dejado de ser nuevas: se nos han quedado antiguas.

No es un problema sólo de las tecnologías, el significado de las palabras cambia con el tiempo, por ejemplo en la denominación de las épocas de la historia no hay unanimidad: para españoles y franceses la Edad Moderna termina con la Revolución Francesa y a continuación viene la época Contemporánea, pero para los historiadores ingleses y alemanes  la época Moderna se alarga hasta finales del siglo XIX.

El término “Nuevas Tecnologías” también es confuso, se nos ha quedado obsoleto, anticuado, aunque no todas las personas lo perciben así. Me propongo que esto cambie. Además, el uso de la denominación de “Nuevas Tecnologías” para referirnos únicamente a las telecomunicaciones, informática, electrónica, y, más recientemente a todo lo que tenga que ver con Internet y las Redes Sociales, es impreciso e incorrecto.

Tecnologías nuevas hay en muchos campos, por ejemplo en la biotecnología, aeronáutica, robótica, genómica, energías renovables y también en la automoción, por mencionar algunos. Y en esos campos hay unas tecnologías que son viejas, otras que son actuales y asentadas y otras que son muy nuevas o emergentes.

Refirámonos pues, en función del tiempo y su grado de madurez, a tecnologías obsoletas o antiguas, a tecnologías actuales o maduras y por último a tecnologías emergentes, abandonando por unos cuantos años el uso del término “nuevas” hasta que éste se descargue de un significado ya pervertido.

Yo comprendo que por toda España hay bastantes concejales, directores generales y consejeros que ostentan el término “nuevas tecnologías” en su título, como una muestra de que están a la última, pero creo que es tiempo de ir prescindiendo de esas palabras. Con el término “modernización” ocurre un poco lo mismo.

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¿Por qué emprender esta “cruzada”? ¿Por qué pretender cambiar el uso de estos términos?

El motivo nos es otro que invitar a reflexionar que no es bueno el calificar como “nuevo” algo que nuestras empresas, nuestras entidades y todos los profesionales deberían usar con normalidad: el correo electrónico, las páginas web, la administración electrónica, el comercio electrónico, los teléfonos inteligentes conectados a Internet. Todo esto son tecnologías maduras, asentadas, fiables.

Si las llamamos “nuevas tecnologías” permitimos que algunos aún se escuden en los “viejos procedimientos”, los de “toda la vida” para no adaptarse.

La ventaja que tienen algunos países en los que no adoptaron tecnologías como el FAX es que no hay procedimientos que incluyan su envío obligatorio. De esto ya escribía hace unos meses en estas páginas ¿recuerda usted, querido lector, “El fax es culpable” j.mp/faxculpa ?

En África muchas personas usan la banca electrónica y el comercio electrónico con el móvil, personas que no tienen nuestras “modernas” tarjetas de plástico ni tan siquiera tienen cuentas en los bancos. ¿Quién es el moderno? ¿Quién es más avanzado?

En Francia tardaron en extender el uso de Internet en los años 90 porque les bastaba con un servicio telemático primitivo llamado Minitel.

En USA tardaron en adoptar la telefonía móvil digital porque disponían de un eficiente servicio de mensajería digital (los famosos “busca” o en inglés “pager”, ¿se acuerda usted de ellos?) y porque encima arrancaron los servicios de telefonía móvil con un esquema tarifario en el que el receptor de la llamada pagaba parte del coste con el resultado de que mucha gente lo llevaba apagado, por si acaso le llamaban.

Es posible que usted haya utilizado hace años aquellos diskettes rígidos de 3,5 pulgadas en los que cabía la asombrosa capacidad de 1,44 MB ¿recuerda qué avance supuso ese invento respecto a los anteriores diskettes flexibles de 5,25 pulgadas y 0,320 MB?

¿Y qué me dice aquellos tiempos románticos en los que accedíamos a Internet con un modem telefónico a 33 o 56 Kbps (=0,056 Mbps) que bloqueaba la línea para llamadas telefónicas y con un servicio en el que pagábamos no sólo por el coste de la llamada local sino también por la tarifa del proveedor de acceso?

Tecnología fluida

La tecnología, ninguna tecnología, es  estática, no es una cima a alcanzar en la que nos podamos establecer para siempre y desde la cual nos defendamos de los asaltos de los enemigos. Algunos piensan de esta forma y así les va.

La tecnología es como un río que fluye, que sube y baja, que a veces avanza rápido y otras veces se remansa. Un río que modela su cauce, que forma meandros, que erosiona rocas, que deposita sedimentos.

Aprender a navegar las tecnologías, a intuir sus corrientes, a predecir sus tendencias es imprescindible para aprovecharlas.

La fuerza de las tecnologías nos puede impulsar, dar energía, fertilizar nuestros campos, pero si no las entendemos también nos puede ahogar o anegar nuestras cosechas.

Amigo lector, no tenga miedo, use las tecnologías a su servicio, con curiosidad, con sentido, con mesura, pero úselas. Feliz semana.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 12 de mayo de 2013

ViejasTecnologias LP

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En la sección @Desenredant en el programa El Baròmetre de Radio Nou el 8 de mayo hablando de Viejas y Nuevas tecnologías por José Luis Torró entrevistando al autor de este blog