Este artículo es no apto para personas nacidas después de 1980. Si usted tiene menos de 35 años no siga leyendo.
Vamos a compartir aquí algunas claves de los “millennials”, de la generación de jóvenes que hoy tienen entre 18 y 34 años, que ya han alcanzado la plenitud de derechos y que pronto tomarán al 100% las riendas.
En 2025 esa generación representará el 50% de la población laboral y en países jóvenes como USA esa proporción será del 75%.
Los queremos tener como clientes, como empleados en las empresas, como líderes de proyectos innovadores. Los necesitamos, pero recelamos de ellos.
La tecnología es algo determinante en sus vidas. Es uno de los elementos clave que conforma su carácter y su experiencia.
Muchos adultos piensan sobre ellos que, al menos los de occidente, son una generación malcriada: listos y muy preparados pero impacientes y apoltronados por la prosperidad en la que crecieron.
Creo que están muy equivocados quienes proclaman que son una generación perdida. Quienes así se manifiestan son los mismos que también se sorprenden por las preferencias de personas de esas edades que tienen confianza en fenómenos “populistas”, como ese partido revelación del que todos hablan y que comienza por “P”.
No voy a escribir aquí de política, ya que hay muchos y mejores escritores en estas páginas que saben de eso. Mi especialidad es otra.
Esta generación usa la tecnología digital como algo natural, intrínseco a su forma de comunicar, de informarse y de pensar.
Algunos datos significativos, extraídos de un interesante estudio de Telefónica Global hecho en 27 países significativos de todos los continentes (datos 2013):
El 76% tiene un smartphone. En Europa es el 79%, África y Medio Oriente 72%, Asia 83%
- Están una media de 6 horas / día conectados a Internet
- Para credibilidad de noticias confían un 45% en Internet, un 36% en TV y un 15% en prensa impresa.
- Para noticias actualizadas la confianza es de un 54% en Internet, 34% TV y 8% prensa impresa.
- Piensan que sus gobiernos no representan sus valores y creencias. Este sentimiento es especialmente fuerte en Europa (65%) con España (79%) e Italia (87%) a la cabeza.
- Una media global del 36% cree que la tecnología es el campo de conocimiento más importante para su futuro éxito personal, destacando Asia (44%) por arriba y Europa occidental por abajo con sólo un 23%
Con ellos la irrupción de lo digital en todos los aspectos de la vida es imparable. Hablamos no solo de información y entretenimiento. Lo digital está también en las compras de viajes, ropa, electrónica, transporte urbano y muy pronto tendrá un fuerte impacto en la comida y los cosméticos.
La confianza digital
Una de las cosas que distingue a los jóvenes de esa generación es la forma en que construyen y mantienen la confianza.
Es difícil convencerles de la fiabilidad de los estamentos clásicos de nuestro sistema establecido cuando están presenciando los rescates de bancos tras las tropelías hechas en las cajas. O cuando perciben que los corruptos de guante blanco y los de que gozan de un aforamiento protector, casi siempre salen de “rositas” y muy raramente son condenados. Y menos aún entran en la cárcel.
Han construido una nueva red de confianza basada en aplicaciones digitales más densa y enriquecida. Una red en la que se presentan con su personalidad real, nada de anonimatos. Donde muestran sus gustos, ilusiones y también sus causas. Donde se puede contrastar una trayectoria y una coherencia (o la falta de ella) y por ello las personas que transitan esas redes van aprendiendo a distinguir.
Esas relaciones digitales a menudo se validan con encuentros cara a cara, en transacciones en persona, a las que se llega cuando ya se han contrastado previamente las identidades digitales y se han pasado los filtros que cada uno quiera establecer.
Los jóvenes comparten alojamientos, coches, motos, equipamientos profesionales, cuidado de mascotas en redes como Airbnb, Blablabla, Relayrides, DigVacay,…
La propiedad digital
Otro hecho significativo en esta generación de “millennials” es su concepto de la propiedad de los bienes duraderos. O más bien deberíamos decir su concepto de la “no propiedad”.
El valor de las viviendas y la tendencia a liberar las ciudades del tráfico de coches particulares provoca que no sea conveniente, y en muchos casos ni tan siquiera posible, el tener una casa o un coche en propiedad.
Si se tiene la propiedad de estos bienes, se comparten para poder obtener unos ingresos adicionales que permitan disfrutarlos cuando no están en uso por otros.
Esta tendencia cambiará sin lugar a dudas el mercado inmobiliario y el de los automóviles. Empresas como Avis y Daimler ya lo están haciendo.
De modo que es posible, es necesario, es deseable entender y atender a esta generación. Son nuestros clientes, nuestros empleados, nuestros colaboradores (y en algunos casos nuestros hijos).
Si ha llegado leyendo hasta aquí espero que le haya sido de alguna utilidad. Estamos ya a mitad del verano y es un tiempo propicio para la reflexión sosegada. He pretendido contribuir a ello con estas líneas. Feliz verano y feliz semana.
.-.-.-.-.-.-.-.
Artículo publicado en Las Provincias el domingo 27 de julio 2014