Máquinas que aprenden

Divulgando sobre «Inteligencia Aumentada» en LAS PROVINCIAS y en Radio SER Valencia

“Inteligencia artificial”, “robots inteligentes”: sólo con ver estas palabras, nos entra miedo en el cuerpo. Día tras día vemos titulares en la prensa y reportajes en revistas y televisiones que nos avisan de los puestos de trabajo que van a desaparecer porque los van a ejercer, mejor y más barato, las máquinas que aprenden.

La máquina de vapor primero, y después el motor eléctrico y el motor de explosión, superaron con creces a la fuerza física de los humanos y los animales. Los ordenadores mecanizaron y automatizaron cálculos y tareas repetitivas, superando a las personas en aquellos “tiempos modernos” de la industria.

Hace años, las películas de ciencia ficción nos trasladaban a un futuro en el que había computadoras y robots inteligentes y con emociones, pero lo que leíamos sobre la “inteligencia artificial” parecía quedar después en simples anécdotas, en puros experimentos científicos o acaso en aplicaciones muy específicas. Ese futuro idílico o terrorífico, según se mire, no llegaba nunca.

El futuro ya está aquí

Pero, como decía la canción de los años 80, el futuro de las máquinas y robots inteligentes ya está aquí (o algo muy parecido a ese futuro).

Muchos hablan ahora de la nueva revolución de la Industria 4.0, o de las ciudades inteligentes (“Smart cities”) o de las innovaciones en biónica que nos convertirán en “ciberpersonas”. Hay, en efecto, un conjunto de tecnologías emergentes que han alcanzado un punto de maduración.  Se presiente que la combinación de su uso va a suponer una revolución superior a la de Internet y los teléfonos inteligentes.

foto de Siyan Ren

Una tecnología clave en esta ecuación combinada va a ser el “Machine Learning”, las máquinas que aprenden “solas”. Hasta hace bien poco, para desarrollar un programa informático o una aplicación de un móvil o dispositivo, se necesitaba un experto, que es el que sabía qué necesidad se quería resolver, y que se juntaba a un programador que traducía ese conocimiento en algoritmos e instrucciones.

Lo nuevo es que ya se han logrado desarrollar algoritmos de propósito general que facilitan enormemente la traslación del conocimiento del experto a una máquina. Así la máquina adquiere la habilidad resolviendo cuestiones de forma repetitiva …  y cada vez mejor. El experto aporta “arboles de decisión” y series validadas de datos y entrena inicialmente a la máquina para ir depurando su precisión. Y llega un momento en el que, la propia máquina genera y procesa más y más datos llegando a un proceso de “aprendizaje”.

Un ejemplo de este aprendizaje podemos verlo con   los programas elaborados para jugar al ajedrez y a un juego de mesa de origen chino llamado GO, miles de veces más complejo (su tablero tiene 19×19 casillas, frente a las 9×9 del ajedrez): hace unos años los ordenadores vencieron a los campeones mundiales de ajedrez a base de “fuerza bruta computacional”, es decir, a base de calcular de forma muy rápida millones de opciones de movimientos. Con la complejidad del GO, la “fuerza bruta” era casi imposible (era necesario muchísimo más tiempo de proceso en grandísimos supercomputadores).

Pues bien, con la inteligencia artificial se emplean otras estrategias de programación que superan la “fuerza bruta computacional”. Hay varias escuelas de inteligencia artificial, desarrolladas algunas en los años 80: las redes neuronales, los tensores vectoriales, las regresiones de grado “n” y los árboles de decisión, entre otras, que utilizan   métodos matemáticos, estadísticos, algebraicos y de lógica muy complejos como para tratar de intentar explicarlos, en un artículo de divulgación como éste.

Pero más importante que saber “cómo aprenden las máquinas”, lo es el conocer la nueva utilidad que éstas nos aportan, son una nueva herramienta.

Por poner un ejemplo, tampoco sabemos cómo funciona un avión y bien que lo utilizamos. Además, el transporte aéreo, accesible para mucha gente, ha supuesto un avance inmenso para la humanidad sin que nos preocupemos en demasía, más allá de propugnar un uso ambientalmente sostenible.

Inteligencia aumentada

No me gusta el término “inteligencia artificial”, aunque reconozco que va a ser difícil usar otro de forma generalizada. Hace años que evito hablar de “nuevas tecnologías” utilizando en su lugar “tecnologías digitales” o “tecnologías emergentes”, según el contexto (porque lo “nuevo”, tarde o pronto, resulta ser “viejo”).

Por eso, desde aquí hago un llamamiento para adoptar la denominación de “inteligencia aumentada”, porque en realidad se trata, se debe tratar, de una herramienta que aumente nuestras capacidades, que nos libere de tareas tediosas, repetitivas o peligrosas. Tenemos que “cambiar el chip” y aprender a usar las máquinas que aprenden solas, que por cierto, en realidad, solas no aprenden. Puede parecerlo en muchas ocasiones, pero siempre necesitan a un super experto que las entrene inicialmente y que vigile su evolución.

Aumentar nuestra inteligencia no es una amenaza a nuestros puestos de trabajo. Ha de ser un aliado que nos ayude a ser más productivos y poder disfrutar más de la vida sin dañar el planeta.

Se cuenta la historia de dos sabios que observaban en una obra cómo se estaba usando un elevador de materiales de construcción. Fíjate, dijo un sabio, que ese elevador ha reemplazado a 10 puestos de obreros subiendo el material a capazos. En efecto, respondió el otro sabio, pero si en vez de capazos les damos cucharillas tendremos a 200 obreros trabajando para subir los materiales.

Pues esto mismo pasa con los robots y las máquinas que aprenden, querido lector. Vamos a ir entendiendo en qué nos puede ayudar el “machine learning” porque le aseguro que en otras latitudes llevan en ello una velocidad de crucero, y no debemos quedarnos atrás. Feliz semana y feliz verano.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 9 de julio 2017

www.lasprovincias.es/comunitat/opinion/maquinas-aprenden-20170709235628-ntvo.html

 

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En la radio SER Valencia

Acompañando a Francisco J. Martín fundador de la empresa BigML en el programa Hoy por Hoy Locos por Valencia

http://cadenaser.com/emisora/2017/06/27/radio_valencia/1498556618_295826.html

Robots sustituirán a médicos y jueces

El ‘Machine Learning ‘ (autoaprendizaje de las computadoras) se atisba como la próxima gran revolución, más decisiva que Internet y los móviles juntos

Industria 4.0: máquinas o procesos

Industria 4.0: máquinas o procesos

En la nueva industria ¿son los robots y materiales, o son los procesos lo que más importa?. Adolfo Montalvo y Raúl Martín contraponen opiniones en este artículo a doble columna.

Máquinas, materiales y productos 4.0 (por @adomon)

Un mundo nuevo, lleno de oportunidades y de amenazas, llega a nuestras industrias: es el que traen las máquinas y los materiales 4.0 que nos permiten crear productos 4.0

La robótica, la fabricación aditiva (conocida también como impresión 3D, o incluso 4D), los nanotubos y nanomateriales, los nano-robots, el “polvo inteligente” (no se ría, en inglés se llama “smart dust”, pero no sé cómo traducirlo)  y también la computación cognitiva, son algunos ejemplos de términos tecnológicos emergentes que escuchamos en eventos sobre innovación y que leemos en medios especializados y revistas divulgativas.

Pocos directivos y empresarios dudarán ya de la necesidad de innovar. Así lo defendimos hace unas semanas en estas mismas páginas mi compañero de columna Raúl Martín y yo mismo (si se lo perdió puede leerlo en este enlace: j.mp/dondeinnovacion).

Pues este domingo pretendemos ayudar, querido lector, a encontrar caminos para desarrollar una innovación factible en las empresas.robot-talk-host-expo-asis-robot-dream-recortado

En esta columna defiendo que lo mejor es lo tangible, lo que produce: las máquinas y herramientas. Y también lo que se produce: productos innovadores con materiales avanzados.

Fabrica un producto estrella, que arrase en el mercado, y lo demás vendrá por añadidura.

El dominio de los materiales por parte de la ciencia y la industria ha progresado una enormidad. Somos capaces de fabricar cosas de unos pocos nanómetros, a escala de unos átomos. Piense en el grosor de un cabello humano (entre 50 y 100 micras) y divídalo por 10.000: 5 a 10 nanómetros es el tamaño de las pistas electrónicas de los chips en los nuevos teléfonos móviles.

Y del mismo modo que se maneja el silicio y los materiales inertes, los biotecnólogos ya son capaces de manipular materiales vivos como por ejemplo el ADN de las células (busque en Internet sobre el sistema CRISPR y verá a qué me refiero).

Hay que conocer, explorar y experimentar con los nuevos materiales, sin duda.

En la fabricación los avances son también portentosos. La robótica se está democratizando a pasos agigantados: hasta los niños de primaria aprenden a programar robots (no es broma, eso ocurre en Valencia, ahora mismo).

La mejora ha de ser disruptiva. Y eso se logra con el uso de herramientas avanzadas. Como por ejemplo las máquinas y cadenas de fabricación dotadas de visión artificial, capaz de superar con creces el ojo humano, ya sea para inspeccionar un producto alimenticio o para detectar defectos en la pintura de un coche.

Innovar en la industria es obligatorio. Ahora lo llaman 4.0, un término llamativo que evoca modernidad. Pero a la velocidad que se evoluciona, pronto no tendremos numeración: no se detenga, no se asuste, mirando bien hay muchas oportunidades.

Industria 4.0 sí, pero con procesos (por @raulmartincalvo)

Inmersos en pleno siglo XXI, y escuchando hablar de la cuarta revolución industrial cada vez con más frecuencia, el sector industrial, que supone cerca del 13% del valor añadido en nuestro país con un 11% del mercado laboral, sigue acometiendo lentamente la introducción de tecnologías que deberían permitirle convertirse en “industria inteligente”, o lo que es lo mismo, desarrollar su inmenso potencial aprovechando la innovación existente.

Un paso muy importante en esta adopción ha sido entender que las partidas presupuestarias destinadas a tecnología no son simplemente invertir en un sistema de gestión ERP o comprar ordenadores o servidores de última gama.  Se empieza a tomar conciencia de que, para estar a la altura de las exigencias del mercado actual, se necesita información en tiempo real que permita analizar cómo se comportan las compañías. Datos y más datos, esa es la tendencia.

Toda esta amalgama de información puede ser obtenida con una facilidad insultante por la mayoría de dispositivos que están en el mercado. Su posterior análisis y tratamiento debería de permitirnos detectar vulnerabilidades o funcionamientos no deseados a todos los niveles, desde el proceso de fabricación a  problemas de personal, pasando por fallos en la cadena de distribución o problemas de calidad para anticiparnos a los problemas y sacar el máximo partido a esta BigData de la que todo el mundo habla.bigdata-elefante

Ahora bien, empiezan a proliferar las empresas con etiqueta de Industria 4.0 pero con procesos y funcionamiento 1.0.  Este perfil de compañía, invierte en maquinaria de última generación y asiste a eventos que hablan de esta nueva revolución industrial, pero se olvidan de que apostar por la tecnología y la innovación supone acometer, con voluntad y firmeza, un análisis y  redefinición de sus procesos a nivel industrial, organizativo y de personal para poder ser capaces de realmente tratar, entender y usar esta cantidad ingente de información que se genera en estos días y que, en la mayoría de casos, acaba en sobreinformación.

Variables como la horizontalidad a nivel de estructura, la agilidad, la apuesta por las personas y su implicación y, sobre todo, la flexibilidad a la hora de adaptarse, suponen un obligatorio paso previo a pasar a formar parte de esta fascinante cuarta revolución industrial que llega para quedarse.

La mejora continua viene de un diagnóstico claro y una solución comprometida, valiente y decidida para cambiar funcionamientos obsoletos que pueden agilizarse con small and “smart moves”, acciones pequeñas y fáciles de implementar que cambian modelos y procesos complejos.

La industria tradicional necesita repensar, reestudiar y reanalizar (las tres R) sus procesos, antes de analizar los miles de inputs, variables, señales o alertas que cualquier sistema que se precie ofrece. Industria 4.0 si, pero con procesos 4.0.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 18 de septiembre de 2016

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Dónde está la innovación

Dónde está la innovación

Artículo de opinión en el que dos autores defienden visiones contrapuestas sobre la mejor forma de innovar en las empresas

RAÚL MARTÍN @raulmartincalvo  .y.  ADOLFO MONTALVO @adomon

Startups ¿es moda o es oportunidad para innovar?   /  @raulmartincalvo

En los últimos tiempos, el término “startup”, o lo que es lo mismo una compañía en fase inicial, con un componente innovador y/o tecnológico importante, empieza a estar en todas las conversaciones.

Emprendedor y empresario comparten en el mundo anglosajón, el mismo término, (entrepreneur), lo que dice mucho de la percepción social que se tiene allí a la gente que decide arriesgar y poner en marcha nuevas ideas.

La relevancia que estas antiguas startups, ahora gigantes tecnológicos, tienen a nivel mundial son absolutamente impresionantes. Apple, Google, Facebook o Amazon han cambiado modelos de negocio tradicionales y generado nuevas necesidades en un tiempo record.

En España, corren buenos tiempos para la creación de negocios innovadores, con casi 500 millones de euros invertidos en startups durante el primer semestre de 2016. El sector tradicional, especialmente el industrial, que comienza a recuperarse tras unos años con un gasto en innovación en niveles realmente inaceptables, necesita esta innovación, esta capacidad de generar ideas nuevas para hacerla competitiva, ágil y flexible en este entorno global, cada vez más cambiante e imprevisible.

imagen : Princeton University

La innovación está fuera. O al menos, hasta el momento, ha estado fuera de los dominadores tradicionales de casi cualquier mercado. La flexibilidad, la imaginación, la capacidad de generar un nuevo producto de una manera rápida y, sobre todo, el ser capaces de entender lo que el cliente necesita o va a necesitar, ¿Por qué no utilizarla?.

Todos conocemos casos como el de Kodak, ¿quién no ha tenido una cámara Kodak?, que siendo dominador del mercado de la fotografía tradicional durante años, no fue capaz de anticiparse a la entrada de los dispositivos digitales, y hoy en día ya es historia. El innovar y adelantarse es muy difícil desde una estructura grande en la cual cada departamento condiciona los desarrollos que se proponen desde cualquier otro. El envoltorio influye, el cómo producir influye, la distribución influye y así sucesivamente hasta matar cualquier iniciativa que sea distinta a la habitual. Digamos que la rutina y el corto plazo mata la creatividad.

Si uno se para a pensar en dos nuevas compañías especialmente disruptivas, como Uber o Airbnb, ¿por qué estas revolucionarias aplicaciones, que han cambiado mercados muy maduros, no han salido desde los grandes jugadores de mercados como el del transporte o, especialmente, el del turismo?. Probablemente porque estas ideas hubieran muerto en primera fase por absurdas, distintas o inviables.

La industria tradicional en nuestro país, necesita esta innovación para volver a ser competitiva. Necesita ser diferente, eficiente y ágil a la hora de generar nuevas ideas o necesidades. Y eso es precisamente lo que cientos de startups nuevas están desarrollando. Urge un acercamiento entre ambas.

La mejor innovación es desde dentro de la empresa / @adomon

Ningún empresario o profesional pone en duda a estas alturas la necesidad de innovar, conociendo las tecnologías idóneas y aplicando metodologías y procesos avanzados.

La cuestión es saber si las startups son las protagonistas indiscutibles en la innovación o si, por el contrario, la mejor innovación, la duradera, eficiente y asequible es la que se hace en las empresas “tradicionales”, según la jerga de algunos “modernos”.

Lo cierto es que el mundo digital ha emergido con tal fuerza y rapidez que nos ha dejado descolocados. El mundo móvil, las redes sociales, los datos masivos (big data), la analítica de datos y el almacenamiento en la nube han cambiado cómo vivimos y cómo trabajamos e interactuamos.

Pero hay algo que nunca cambia y que las empresas líderes comprenden bien: las personas, más que desear comprar unas “características técnicas” de los productos o servicios (el qué y el cómo) nos dejamos atraer por productos que nos transforman, que nos dan una razón para vivir, que nos hacen felices: compramos convencidos por “el porqué”.

Las empresas que conocen a sus clientes, que son líderes de un mercado, son las que mejor pueden cabalgar la ola de cambios que el mundo digital aporta, bien surfeando encima de la ola o soportando los chapuzones.

Ya no es tan importante que un producto tenga un altísimo rendimiento bruto o que salga muy barato. Sin perder de vista el diseño y el coste, lo verdaderamente importante es ofrecer un recorrido placentero al cliente, desde que tiene conocimiento de nuestra oferta hasta cuando agota por el uso el producto comprado. Eso que ahora se denomina “customer journey”.

La innovación está dentro de las empresas. La innovación que perdura y que hace perdurar a las empresas es la que se adopta y extiende de extremo a extremo, en toda la organización.

Cierto es que, para abrir una línea de negocio que difiera mucho de los productos habituales, es conveniente hacerlo desde una unidad (o empresa del grupo) que sea muy rápida y flexible.  Y más adelante, cuando ese producto se valide, deberá encajarse en el “porqué” de la empresa.

Mejor que comprar la innovación y tecnología a una startup novata en el mercado y mejor que adquirir incluso una startup sobrevalorada, suele resultar más favorable el liderar (desde la dirección) y propiciar la innovación desde dentro, algo que aportará mayores y mejores cambios.

Y desde luego no olvidemos que es imprescindible el innovar de forma continua: por muy desgastado que parezca el concepto, es una realidad ineludible. O innovas o desapareces. Que así sea querido lector empresario y directivo (que innoves mucho y bien, claro, no que desaparezcas).

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 21 de agosto de 2016

LP Donde esta la innovacion

 

Empresa 1.0 y 4.0

Empresa 1.0 y 4.0

Cuando muchas personas escuchan o leen términos tan “modernos” como “Empresa 4.0”, en seguida desconectan y se pasan a otra cosa. NO LO HAGA, querido lector, siga leyendo hasta el final. Prometo no defraudarle.

La vida real es la que merece la pena. El contacto cara a cara, los sentimientos y las emociones que se transmiten con los cinco sentidos, con el lenguaje no verbal, son algo imposible de emular, ni con la mejor tecnología del mundo.

Nuestros trabajos y nuestras empresas están llenas de personas, afortunadamente. Por muchos anuncios que haya sobre la llegada de la robotización masiva o de la inteligencia artificial con una potencia imbatible, las empresas no pueden existir sin las personas. Personas buenas, personas inteligentes, desde luego, pero esa es otra historia.

El mundo presencial, las cartas en papel, las llamadas telefónicas, los apretones de manos, los abrazos, los gritos, las palmadas en la espalda. Todo eso es el mundo 1.0.

En un mundo exclusivo 1.0 el dominio de la información y la jerarquía son imprescindibles. Los jefes con sus empleados y los vendedores con sus clientes dominan en ese escenario toda la información y su flujo de comunicación. Pero todo eso cambió con la aparición de las webs en Internet. De repente “el mundo se hizo plano” (Thomas Friedman, 2005) y la información ya estaba al alcance de todos. Había nacido el mundo 2.0.

La vida 2.0Empresa 1.0 y 4.0 Dron Aquila Facebook

La vida en las empresas sometidas al escenario 2.0 se hizo más transparente. Todos tuvimos que cambiar y comprender que el poder ya no estaba en controlar la información de los asuntos concretos. Los vendedores fueron confrontados por sus clientes porque estos ya conocían los productos de la competencia que eran iguales o mejores que los de la empresa. La respuesta comercial 2.0 fue el generar el concepto de que nosotros “no vendemos sólo productos sueltos, vendemos soluciones, creamos entornos y plataformas que ayudan a los clientes a avanzar hacia el futuro”. Algo de cierto hay en ese nuevo paradigma. Del mismo modo que los médicos no se dedican a seleccionar un fármaco para una enfermedad, sino que se ocupan de la salud del paciente, caso a caso, de ese mismo modo las empresas vendedoras crean productos y servicios que o bien  “curan” (solucionan problemas) o “vitaminan” (para fortalecer el rendimiento de sus clientes).

Llegamos al mundo 3.0

Pero ese universo 2.0 que trajo la información disponible para todos de una forma casi ilimitada y transparente, se encontró con la oportunidad y la capacidad de los que antes eran únicamente lectores-usuarios, para aportar sus puntos de vista. Los usuarios y clientes ahora intervienen creando contenidos, publicando opiniones y nuevas ideas en blogs y compartiendo todo en Redes Sociales (Facebook, Twitter, LinkedIn, Youtube) o en sistemas de mensajería directa (Whatsapp, Telegram, Skype).

La conversación digital se convierte en multidireccional y los contenidos se multiplican hasta el punto de que nadie puede leerlo todo y menos aún controlarlo. Hay un desbordamiento de información, una saturación de contenidos, Algunos de los canales de comunicación dejan de funcionar porque ya no se escuchan o pierden credibilidad y relevancia y los líderes empresariales o los vendedores veteranos sienten que pierden la conexión con sus subordinados o con sus clientes: la comunicación no llega.

La solución entonces para gerentes y vendedores es entrar a formar parte de la conversación, participar con artículos propios o compartiendo aquellos textos e informes que su experiencia y veteranía les permite distinguir como valiosos entre la maraña de la información infinita en las redes.

Los verdaderos líderes recuperan así su misión compartiendo y guiando, más que controlando e imponiendo. El mundo 3.0 es en el que ahora estamos y nos parece de lo más natural e insuperable.

Llega el mundo 4.0

Pero cuando estábamos tan tranquilitos habiendo conseguido entender las dinámicas de las redes sociales, resulta que comenzamos a escuchar sobre tecnologías que nos vuelven a sembrar desasosiego. Por ejemplo el Big data, la inteligencia artificial, realidad virtual, Internet de las cosas, realidad aumentada (sí, la que usa Pokemon Go), fabricación aditiva 3D, computación cognitiva, exoesqueletos robóticos, drones y neurotecnología, son algunos de los términos emergentes más habituales.

Los humanos se convierten en superhombres apoyados en estas tecnologías. Los datos disponibles se multiplican por miles. Las capacidades enormes de almacenamiento, de cálculo, de análisis con lógica difusa y de comunicación casi telepática, combinadas entre sí y en tiempo real, crean un nuevo mundo en empresas y sociedades.

Podría venir, teóricamente, un operario chino o vietnamita a nuestro entorno español más singular y avanzado en cualquier materia y, mediante traducción oral inteligencia artificial y prótesis robóticas, aparecer entre nosotros como un sabio experto, súper poderoso y hasta empático, pues sería capaz de conocer nuestros nombres y preferencias y ofrecernos servicios justo para nosotros.

Esa circunstancia teórica se está convirtiendo en posible, o incluso probable, en un tiempo cercano. No es cuestión de asustar al lector en víspera del día de Santiago. Pero sí de avisar que esta vez la intervención del santo no va a ser suficiente para salvarnos de la amenaza exterior.

De nuevo las personas, nosotros mismos querido lector, seremos capaces de superar los miedos, volver a aprender a transitar este nuevo mundo 4.0 y superar a la máquina, usando a nuestro favor sus capacidades. Sin dormirse, sin esperar a que pase la moda, porque no va a pasar, lo podremos lograr con esfuerzo inteligente. Feliz verano.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 24 de julio de 2016

LP empresa 1.0 y 4.0

Tecnología a 150

Culminando ya la celebración del 150 aniversario de LAS PROVINCIAS es buen momento para una reflexión sobre cómo ha evolucionado la tecnología y cómo ésta nos va a cambiar la vida.

Predecir los cambios tecnológicos para dentro de 150 años sería un ejercicio demasiado atrevido por mi parte. Vamos a dar mejor una mirada a un horizonte de 150 meses, algo más de una década.

Las personas, empresas y entidades se han sometido a cambios tecnológicos generación tras generación. Durante los últimos 150 años han experimentado un cambio importante cada 20 o 30 años. Pero en la última década los cambios se suceden de forma acelerada, con varios saltos tecnológicos en solo una generación. 150 meses es ahora un plazo muy amplio en términos de tecnologías.

Comunicaciones, transporte, energía, salud, comercio, banca, fabricación y distribución son áreas en las que podemos detenernos para echar esa mirada al futuro desde la óptica de la digitalización del conocimiento y la electrónica.

Asomándonos al futuro  

  • Comunicaciones entre personas individuales, en grupos o comunicaciones masivas:

Desde la imprenta, el correo postal y el telégrafo, las comunicaciones han avanzado de forma asombrosa. Gozamos hoy día de conexión permanente con personas y con la información  de los medios y de las redes sociales a través de Internet y los móviles. Las carencias que sufrimos con estos modos de comunicación, tales como la falta de concentración y las limitaciones de textos y fotos en un pequeño aparato,  deseamos que pronto sean superadas.

Tendremos en unos años una comunicación más ordenada y filtrada por “agentes personales” que podremos configurar en función de nuestros deseos y necesidades en cada momento del día.

Los interfaces directos con el cerebro permitirán una comunicación más rica, con todos los sentidos, no solo con la vista y el oído. Será una comunicación telepática, de pensamiento a pensamiento.LP Tecnologia 150 imagen

  • Transporte de personas y mercancías:

El ferrocarril y el motor de explosión han supuesto una revolución para la humanidad. La nueva revolución viene por una parte del lado de la propulsión: los coches serán eléctricos o híbridos. Y por otro lado se extenderá la conducción autónoma de los vehículos y la compartición de su uso. En las áreas urbanas, donde vivirá el 60% de la población en 2030, estas aplicaciones tecnológicas serán esenciales.

  • Energía, su producción, distribución y consumo:

Es imprescindible que disminuya de forma drástica la dependencia de los combustibles fósiles para la producción de energía. De las energías renovables abogo por las que convierten la energía solar en producción de electricidad con células fotovoltaicas de nuevos materiales como el grafeno. La gran ventaja de la fotovoltaica es que puede producirse muy cerca del equipo donde se consume.

El almacenamiento de la energía con baterías de alta eficiencia también cambiará la forma en que se distribuye y se consume la energía. Los avances tecnológicos en este caso vienen también de nuevos materiales y  de avanzados procesos químicos y orgánicos.

  • Salud, monitorización y tratamientos:

Las pulseras de actividad y los relojes que registran constantes vitales son solo un comienzo. Veremos generalizarse implantes de chips capaces de hacer análisis de sangre o de administrar fármacos. Otros ejemplos son dispositivos electrónicos que sustituyen a la retina o el oído interno y nanorobots capaces de navegar y actuar en nuestro interior.

  • Comercio, promoción, compra y venta:

El comercio digital y la presencia de medios electrónicos en los establecimientos físicos van a seguir creciendo hasta convertirse en la nueva forma de comercio. Tecnologías de sensores, de realidad virtual y de realidad aumentada son buenos exponentes de cosas que cambiarán el comercio.

  • Banca y finanzas:

El sector financiero va a experimentar un cambio profundo con la presencia en la cadena de valor de nuevos actores (empresas tecnológicas como Google y Apple) y con la transformación digital de los actores tradicionales (bancos). La extensión de los micropagos electrónicos, la desintermediación, las monedas virtuales basadas en cadenas criptográficas, los préstamos directos y el tratamiento masivo de datos (big data) son ejemplos de usos tecnológicos que van a cambiar este sector.

  • Fabricación, diseño, desarrollo, producción:

Se generalizará la impresión 3D de piezas y productos completos para prototipos y series cortas. Los robots serán mayoritarios en las fábricas. La conexión entre los sistemas de ventas y de fabricación permitirá productos personalizados a la medida.

  • Distribución de mercancías:

Los productos llegarán a sus destinatarios en muchos casos en cuestión de horas, gracias a redes logísticas optimizadas con sistemas capaces de predecir la demanda. En zonas abiertas se usarán drones aéreos que transportarán la mercancía hasta la casa del comprador. El transporte de mercancías también disfrutara de vehículos de conducción autónoma.

Optimismo ante todo 

Puede apreciar, querido lector, que propongo una visión optimista de la evolución de las tecnologías y su influjo en la vida de las personas.

No faltan las visiones agoreras de un mundo dominado por fuerzas oscuras a modo de un “Gran hermano” de la novela de Orwell. Esto es un gran reto y no tiene que ocurrir si estamos alerta.

Animo desde estas líneas a mantenernos informados sobre las tecnologías emergentes y a aprovecharlas como usuarios decididos y prudentes, protegiendo nuestra privacidad.

En 150 meses disfrutaremos, con alta probabilidad,  de muchos de los avances tecnológicos que enuncio aquí. En 150 años los avances serán infinitamente mayores, aunque eso no lo podremos ver.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 13 de diciembre 2015

LP Tecnologia 150 pagina

Empresa digital y competitiva

Las empresas españolas, y en especial las valencianas, se encuentran ante el reto de mejorar la competitividad en un entorno global que cambia a un ritmo exponencial.

Un reciente informe de la Asociación Valenciana de Empresarios señala carencias en las empresas para la mejora de la competitividad.

El informe identifica algunas causas subyacentes, que están en las creencias, la cultura, las actitudes y los valores de las empresas, como responsables de dificultar esa mejora tan deseada. Para esas causas el informe apunta propuestas de mejora: sistemas de control equilibrados, apertura de perspectivas, ambición, aprendizaje, tolerancia al error y el “no individualismo”

La conclusión del informe dice: “el gran reto de la empresa valenciana es conseguir la apertura de miras que necesitan los órganos que dirigen las empresas en la actualidad, para abordar estrategias que son imprescindibles para escalar estadios de desarrollo competitivo más avanzados y exitosos.”

Cada empresa debe encontrar  estrategias adecuadas a sus circunstancias que le permitan crecer y perdurar de forma sostenible. Sostenibilidad significa el aumentar el valor para el cliente a la vez que se consiga reducir costes para la empresa.

Pues bien, yo considero que para todo lo anterior,  un elemento fundamental en la empresa es que consiga entender e integrar su propia transformación digital  y que ésta sea acorde con la transformación personal  en su ecosistema: mercado, empleados y proveedores.

Tendencias digitales

Vivimos tiempos en los que todo cambia muy rápidamente. Y en temas de tecnología los cambios influenciados por ella aún son más rápidos: llevan una velocidad exponencial.

Un ejemplo claro es el uso del smartphone: la conexión de las personas con banda ancha móvil de forma casi permanente está siendo una verdadera revolución en las relaciones,  algo que afecta a todas las empresas: el cambio se acelera.LP empresa digital y competitiva Imagen

Quiero señalar aquí algunas tendencias digitales que, a mi juicio, son o van a ser clave para las empresas.

  • Asistentes digitales: Siri, Cortana o Google Now son nombres de aplicaciones informáticas que entienden el lenguaje natural y responden a preguntas o situaciones basándose en el conocimiento  de bases de datos gestionadas con inteligencia artificial.  En un futuro próximo van a tener gran influencia en el aprendizaje y toma de decisiones de las personas.
  • Tecnología ponible (Wearables): dispositivos dotados de sensores, para llevar  en la ropa o en el cuerpo,  que recogen parámetros vitales y pueden interaccionar con nosotros y facilitarnos información de una forma directa: tienen ya  impacto en la salud y en los modos de vida (pensemos por ejemplo en las pulseras que usan los deportistas para registrar su actividad, constantes vitales y calorías consumidas durante sus entrenamientos y que ya han pasado a uso mucho más generalizado ¿serán quizás el próximo regalo de Navidad más popular?).
  • Internet de las cosas: sensores y actuadores en todo tipo de cosas que, conectados a la red, recopilan millones de datos. Estos datos, combinados entre sí, algunos de acceso público y otros privados, permiten a las empresas nuevas oportunidades de servicios.
  • Interfaces mente/máquina: dispositivos que miden señales cerebrales que nos permitirán, tras un entrenamiento, comunicarnos con las máquinas para ejecutar acciones o recibir información. Este tipo de dispositivos ya es una realidad en los laboratorios y en 2 o 3 años estarán de forma masiva en el mercado.
  • Realidad Virtual: sistemas dinámicos de representación en 3D que producen de forma muy realista una inmersión subjetiva del usuario en un diseño o en una simulación de un entorno. Ya se están usando con éxito, y abren nuevas vías de aprendizaje, entrenamiento, comunicación y colaboración.
  • Aprendizaje automatizado: plataformas que permiten implantar algoritmos para análisis de datos y modelado predictivo. Es aplicable para analizar datos internos de la empresa y datos externos a ésta.
  • Relación con el cliente (CRM) integrada con plataformas sociales
  • Trabajo en “empresa extendida”: con medios digitales es posible un trabajo en colaboración no solo entre los empleados de  la empresa, sino también más amplio  con colaboradores y proveedores.

Transformación en empresa digital

No existe un único camino para la integración de lo  digital, ni todo sirve para todas las empresas, de la misma manera que cada empresa ha de tener su estrategia propia. Pero si hay recomendaciones válidas para que el proceso de transformación digital de una empresa sea exitoso. Considero valiosas estas estrategias que recomienda la agencia KTC:

  • Conocimiento digital: es preciso que la mayoría del equipo de gobierno de la empresa y la totalidad del equipo de dirección conozcan los entornos y tengan un uso básico de herramientas digitales.
  • Visualizar la empresa en el 2020, sin perder de vista un retorno de las inversiones.
  • Involucrar al equipo: es clave la participación de todos, directivos y empleados en la visión y desarrollo de la estrategia.
  • Desarrollar habilidades sociales y digitales en toda la organización.
  • Asegurar la colaboración entre los departamentos de Marketing y del Tecnologías de la Información: equipos mixtos e intercambio de personal.
  • Dar visibilidad a los resultados que se obtengan y alimentar el círculo virtuoso de la transformación.

Las empresas que perduran son aquellas que adaptan su estrategia a las nuevas realidades y las que mantienen el foco en la estrategia elegida, mientras verifican su sostenibilidad.

El mundo se mueve deprisa y las empresas deben adaptarse de un modo acorde. Confío en que este resumen de tendencias y el esquema de transformación digital sean ilustrativos y de utilidad.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 27 septiembre 2015

LP empresa digital y competitiva

Inteligencia diseminada

La semana pasada se ha celebrado en Barcelona la feria mundial de móviles MWC, uno de los más importantes eventos del mundo que gira alrededor de la electrónica, los móviles, las telecomunicaciones y la vida digital.

Por más que se repitan cifras, éstas no dejan de asombrarme: la mitad de la humanidad usa el móvil y un tercio  tiene conexión a Internet móvil.

La cantidad de mensajes, llamadas, aplicaciones y transacciones son apabullantes: se cuenta por centenares de miles de millones.

A la feria han acudido 93.000 visitantes record histórico de asistencia. Los casi 2.000 expositores han presentado ideas y productos y han intercambiado visiones del presente y del futuro.

Me llama la atención que este foro sea cada vez más un lugar multidisciplinar que congrega a profesionales de muchos sectores. Acuden y son entrevistados, como ejemplo, presidentes de grandes bancos tradicionales y de tarjetas de crédito líderes mundiales.  Estos importantes visitantes al MWC ha dicho frases que se han convertido  en titulares  en los medios de comunicación: “El dinero son datos”, “El futuro de la banca se decide aquí” o “El móvil será pronto el canal más importante para la banca”.

Hay operadores de telecomunicación que están comprando bancos. Hay bancos que están comprando empresas de software y de servicios electrónicos. Hay empresas tecnológicas que compran fábricas de termostatos. Existen fabricantes de cepillos dentales que están integrando la electrónica y sus aplicaciones en sus productos par que éstos sean mejores.

Los coches se han convertido en omnipresentes en el MWC. En ellos pasamos mucho tiempo y, por su condición de movilidad y exigencias de seguridad, se convierten en un objetivo donde ubicar todos los avances de la electrónica. Pero los coches son sólo un ejemplo de lo que está llegando: los chips electrónicos con sensores, procesadores, memoria y comunicaciones están poblando todos los objetos. Este fenómeno se llama ahora “Internet de las cosas”. Las siglas en inglés IoT (Internet of Things) han sido unas de las más repetidas en las conferencias, carteles y exposiciones del MWC.

Inteligencia en todas partes

La inteligencia conectada presente en las cosas, en la ropa y en los accesorios es una clave tecnológica actual, tal y como  se apuntaba hace unas semanas desde estas páginas al hablar de “Revolución tecnológica” (j.mp/revotecno).

Se trata de una “inteligencia diseminada” con un ritmo de crecimiento exponencial que va a provocar cambios aún mayores que los que hemos visto desde la explosión de Internet y de la telefonía móvil.LP inteligencia diseminada imagen

El teléfono móvil, o mejor llamado “dispositivo móvil inteligente conectado permanentemente a redes de banda ancha” va a continuar siendo un elemento clave, haciendo de pasarela o de almacén y sirviendo para conectar a otros accesorios inteligentes.

No puedo asegurar qué productos tendrán éxito entre los que hoy día se clasifican como de la “tecnología ponible” (wearables) y entre los de “Internet de las cosas”. Pero a la vista del masivo interés de desarrolladores y de empresas de tecnología y de servicios que estamos viendo en ferias como MWC, es seguro que algunas propuestas triunfarán.

La lógica hace pensar que para acceder a esa “inteligencia diseminada” pronto evitaremos el estar continuamente mirando una pequeña pantalla con el smartphone en la mano. Se dice, y con razón, que el uso actual  de los móviles  es peligroso para conductores, pero también lo es para peatones. Además el uso abusivo de los smartphones se ha convertido en un elemento molesto en muchas conversaciones o reuniones.

Tendremos quizá interfaces que conecten con el oído, la vista y  el tacto: dispositivos auditivos cloqueares, gafas o lentillas con proyección 3D, interfaces táctiles con tecnologías hápticas o incluso conexiones directas con el sistema nervioso del cerebro.

La tecnología se hará pues más invisible y  de aspecto menos intrusivo. Tendremos “superpoderes” estando dotados de una gran memoria, de información filtrada, capacidad de cálculo y proceso y de funciones de inteligencia artificial. En realidad hoy día ya estamos disfrutando de algunos de esos “superpoderes” aunque para ello tengamos que estar mirando el móvil.

Datos masivos. Privacidad y transparencia

Esta hiperconexión de personas y cosas genera millones de datos, algunos de ellos muy privados (datos de salud por ejemplo).

Será necesaria una buena cultura tecnológica de nuestros legisladores y dirigentes para que las normas que regulen la privacidad se adapten a la cultura de los europeos sin llegar a ser un estorbo para la innovación.

El Análisis de datos anonimizados de historiales de salud, junto a registros de constantes vitales correlacionados con esos datos puede traer grandes avances en la detección precoz de enfermedades o de epidemias.

Los datos de las ciudades y territorios que no afecten a la seguridad deben ponerse en formatos agregables a disposición de proyectos y desarrollo de nuevos servicios. Son datos públicos y deberá imperar la transparencia.

Oportunidades y amenazas

La “inteligencia diseminada” va a llegar y estamos viendo sus primeros pasos.

Según el presidente de la  empresa tecnológica Cisco, la mitad de los actuales proveedores de servicios van a desaparecer en una década. Y se refiere a servicios de todo tipo: transporte, hostelería, publicidad, entretenimiento, finanzas, comercios, seguros, telecomunicaciones…

La mezcla híbrida de servicios y productos y la canibalización disruptiva de diferentes industrias se va a acelerar. Las empresas y sectores que no se transformen a sí mismos se convertirán en irrelevantes y desaparecerán.

En estos cambios también aparecerán oportunidades: es preciso estar alerta. Los empresarios y profesionales podemos aprovechar nichos y trabajar en una evolución inteligente de nuestros talentos y negocios. Pero para ello tendremos que  entender las corrientes tecnológicas.

El futuro ya está aquí con inteligencia diseminada por todas partes.

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Artículo publicado el Las Provincias el martes 10 marzo 2015

LP inteligencia diseminada

Revolución tecnológica

En el inicio de cada año son habituales las predicciones sobre tendencias tecnológicas. El año nuevo invita a reflexionar sobre el presente y el futuro y la tecnología no es una excepción.

Con este mes de enero casi concluido y teniendo por delante un 2015 lleno de “emociones” en el ámbito sociopolítico en España, es fácil perderse atendiendo sólo a lo urgente y olvidando lo importante.

El ilustre y veterano abogado Antonio Garrigues Walker ha escrito hace unos días: «El empresario de esta época histórica, cualquiera que sea la dimensión de su empresa, tiene que visualizar el mundo con otra mirada y con otras ambiciones. Su espacio y su capacidad operativa va a carecer de límites en todos los sentidos y por lo tanto sería absurdo autolimitarse en forma alguna», refiriéndose a la revolución tecnológica y a la innovación permanente.

Quisiera aportar algunas ideas del por qué de estas palabras y por qué usa el término “revolución tecnológica”  una persona externa a ese ámbito.

¿Revolución o evolución?

Las palabras fuertes como “revolución” pueden asustar y paralizarnos o bien alertarnos y movernos a la acción.

Cuando algunas personas vemos la avalancha de la tecnología aplicada y los cambios que se van a provocar y que ya están produciendo, tenemos que usar esas palabras llamativas.

Hablamos de revolución porque nos produce alerta y nos alarma el desconocimiento generalizado que muestran muchas personas con puestos de responsabilidad en empresas y entidades.

Los cambios tecnológicos anteriores se producían evolucionando a lo largo de toda una generación. En unas cuantas décadas los humanos se acostumbraban a convivir con la electricidad, con los vehículos de motor de explosión, con el teléfono o con la televisión. Los ordenadores y las redes de datos en empresas trajeron un intenso cambio en la economía y el funcionamiento de las empresas.

Pero ahora los cambios se suceden en pocos años y globalmente en todo el mundo y, por razones económicas y demográficas, estos cambios van a ser de una intensidad muy superior.

Claves tecnológicas actuales

Destacaría tres claves: Una primera clave es la “inteligencia por todas las partes”. Las máquinas de LP revolucion tecnologica imagentodo tipo son cada vez más inteligentes. Pensemos en los robots que, tras años de probada fiabilidad en las industrias, están ya apareciendo en las oficinas y en los hogares.

Hay que destacar el mundo del automóvil o, por ampliar el plano, el mundo del transporte personal.  La mayoría de fabricantes está trabajando en funciones de automatización de la conducción, aumentando la seguridad de los viajeros y permitiendo un uso más eficiente de las autopistas y calles. Se trabaja ya en la autoconducción, por ejemplo en un avanzado proyecto de Google. En cuatro estados de los USA la legislación ya permite el test de vehículos autónomos circulando en carreteras públicas.

El confort y la experiencia a bordo, como una extensión móvil del hogar, es otro campo en el automóvil. El “coche concepto”  F015 de Mercedes, presentado en la feria CES de las Vegas, es un excelente ejemplo de confort en ruta: recomiendo ver el vídeo “F015 Luxury in motion”.

En transporte personal otra tendencia emergente en zonas urbanas es un cambio de concepto pasando los urbanitas de “tener un coche” a “hacer uso de un servicio de coches”.

Una segunda clave es la “fusión entre el mundo real y el virtual”. Se está dotando a muchos objetos de sensores (que miden parámetros como temperatura, aceleración, conductividad) y de actuadores (que activan motores, válvulas, excitadores químicos o eléctricos).

Y junto a los sensores se instalan diminutos computadores con capacidad de comunicación con una red. Esto se manifiesta en conceptos cada vez más populares: Internet de las cosas y Tecnología ponible (“wearables”).

Otro ejemplo son los drones, aéreos, terrestres o acuáticos. Son vehículos semiautónomos, de todos los tamaños, que se están usando ya en  seguridad, acceso a lugares no transitables, fotografía e inspección, etc. Amazon y Google están investigando su posible uso en tareas de reparto.

Y la tercera clave a destacar es la “computación disponible en la web” con carácter flexible, reconfigurable y accesible para múltiples formatos y equipos. Un inicio de esto es la “informática en la nube” que ya tenemos los usuarios (por ejemplo aplicaciones de correo y ofimática en la red) y que también contratan las empresas, sustituyendo servidores físicos por virtuales.

Tener un acceso fácil al conocimiento, procesado con inteligencia artificial y accesible con lenguaje natural, está permitiendo ya cosas como realizar traducciones orales en tiempo real o tener ayudas a diagnósticos médicos basadas en lo último conocido.

Una realidad tecnológica de doble filo es la recogida masiva de datos de personas y cosas que permite servicios que hacen la vida más eficiente y cómoda, pero que a la vez supone un riesgo real para la privacidad. Se precisa una nueva conciencia de autoprotección personal y de políticas de seguridad basadas en riesgos.

Qué podemos hacer con esta revolución

Esta avalancha de tecnologías es mucho más que unos elementos aislados. La conjunción de todas ellas, unidas a poblaciones que nacen y crecen sin tener condicionantes de viejos procesos, está modelando el mundo.

Se abren oportunidades para las industrias de productos tradicionales. El automóvil es un buen ejemplo para España. Estas tecnologías caben en casi cualquier producto y permitirán competir a las empresas europeas. También hay oportunidades en la suma híbrida de productos y servicios.

Lo último que podemos hacer es ignorar la “revolución tecnológica” y permanecer quietos como si las formas empresariales fueran a regresar al tiempo pasado.

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Artículo publicado en Las Provincias domingo 25 enero 2015

LP revolucion tecnologica

Entrevista Vis a Vis C7 Televalencia: Tecnología en las empresas

El domingo 2 de noviembre de 2014 se ha emitido en el programa Vis a Vis de Canal 7 Televalencia esta entrevista a Adolfo Montalvo.

En una agradable charla sin guión previo se desgranan reflexiones sobre el uso de la tecnología en las empresas y de las debilidades de empresas en este terreno, especialmente en tecnologías «horizontales» como informática, electrónica y telecomunicaciones.

Eduardo Alcalde, periodista director del programa, introduce reflexiones sobre el periodismo y la convivencia de los jóvenes y futuros CEO’s con la información y la formación universitaria

La empresa hacia lo digital

Pensando en empresas como Amazon o Google, ya nadie duda que vivimos en un mundo en donde predomina lo digital y en el que las empresas emergentes son esencialmente digitales.

Pero, ¿qué pasa con las empresas “tradicionales”? ¿qué ocurrirá con las empresas que se encargan de la alimentación, transporte, energía, vivienda, cultura, ocio y vestimenta?. Vemos a empresas como Inditex (Zara) que atienden estas necesidades con agilidad y éxito mundial y nos preguntamos qué las distingue.

Y también vemos otras empresas de distintos sectores en las que no percibimos esa agilidad y frescura en la atención a sus clientes y mercados.

Sobrevivirán las empresas que comprendan el mundo digital y lo integren en sus procesos y su forma de trabajar.

Serán aniquiladas aquellas empresas que no entiendan los nuevos tiempos y tecnologías y carguen en la batalla con armas ya anticuadas, ignorando lo digital, como cuenta la mítica historia de lo que hicieron lanceros polacos a caballo cargando contra los panzers alemanes en 1939.

La buena gestión en la empresa

Un prestigioso empresario comentaba hace unos días que en su empresa “está todo en el  SAP”, que es el nombre de una conocida aplicación de gestión empresarial, y que “gracias a ello todos manejamos las mismas cifras y la misma información y la eficiencia es enorme”.

El “viejo” empresario que funciona solo con su olfato y que mantiene sus organizaciones desconectadas con informaciones estancas, es una especie a extinguir.

Afortunadamente todas las grandes empresas españolas (de las más competitivas del mundo) y muchas de las pequeñas y medianas, ya disponen de una infraestructura y de aplicativos digitales que dan soporte a su actividad y su negocio.

Pero no basta con eso. La colosal aceleración de la digitalización de las personas y los objetos, unida a la revolución demográfica y económica de Asia y África, nos traen un mundo en el que no caben las empresas basadas en divisiones funcionales y procesos inamovibles. Se necesitan empresas con un corazón y una mente digitales.

Las empresas de la era industrial se diseñaron para ser robustas y capaces de producir de forma repetitiva y consistente muchos productos iguales con cambios incrementales. El mundo ya no es así.

Una buena explicación de esto es la que relata el consultor Aaron Dignan cuando habla de las empresas exitosas que tienen un “sistema operativo digital” porque “lo digital no es un programa informático, es un estado mental”.LP Empresa hacia lo digital - Imagen

Las empresas que tienen éxito, explica, son las que tienen:

  • Una VISIÓN de empresa con enfoque a largo plazo, con un propósito,  resistentes a la incertidumbre y el riesgo, transparentes, incómodas para muchos y que dejan un legado, una forma de ser, aunque desaparezcan.
  • Una forma de TRABAJAR continua 24h x 7d, con productos “inteligentes” que interactúan con los clientes, funcionando de forma ligera (“lean”), con planificación flexible, cambiando en cuanto es preciso (“pivotar”), con oficinas móviles, roles flexibles y proyectos de las personas.
  • EQUIPOS de trabajo con líderes que convencen y motivan en vez de ser jefes que ordenan y mandan, que atraen talento, con técnicos integrados en el negocio, centrados en las personas, equipos digitales.
  • PRODUCTOS híbridos entre producto y servicio, con modelos de negocio difíciles de catalogar en esquemas clásicos. El conocimiento del producto es clave en la cuenta de resultados: se invierte más en el producto que en la publicidad, con una orientación global, para todo el mundo.
  • Con COLABORACIÓN entre clientes y proveedores, estableciendo comunidades entre ellos, formando equipos que colaboran y trabajan en red. De este modo las empresas consiguen  maximizar la interacción con su mercado.

Transformación hacia lo digital

El empresario es quien lidera, es el que tiene la visión de la empresa y la transmite a empleados y directivos. Sin una visión bien informada no hay nada que hacer.

Pero, una vez que se tiene esa visión, la empresa hoy necesita vivir el mundo digital. Necesita trabajar con una estructura plana y colaborativa.

Para una transición e inmersión en el mundo digital no es suficiente el comprarse un aplicativo de moda o el poner ordenadores portátiles y dar smartphones a los empleados para que trabajen con sus datos en la “nube”. Se necesita algo más que “echar” cubos de tecnología.

Existe la tentación de comprar lo que está de moda. A ello nos impulsan los grandes operadores de telecomunicación y proveedores informáticos que, también ellos, están sufriendo su propia transición. En ese devenir los mercados se entrecruzan y solapan y las empresas emergentes de Internet cambian las cadenas de valor y de suministro. Las opciones se multiplican y aumenta la confusión sobre qué comprar: algunas opciones se  nos  presentan como el paradigma de la modernidad.

Es fácil que una empresa “tradicional” se sienta confundida: consultores y proveedores le cuentan modelos distintos envueltos de un futuro prometedor: nombres de moda mezclados con marcas comerciales y casos de éxito que nos pueden llevar por caminos que comprometan el futuro de nuestra empresa.

Malo es no hacer nada, quedarse anclado en los métodos y modelos del siglo pasado. Pero caer en una digitalización sin conocer previamente hacia dónde vamos es quizá más peligroso.

No todo vale para cualquier empresa y no todas las soluciones son abiertas y transparentes en sus objetivos: a menudo prevalece la estrategia del suministrador frente a las necesidades del cliente.

Mantener la curiosidad informada y  un estado mental digital resulta vital para la empresa que quiera perdurar. Desde una visión clara y bien asesorada será  posible elegir entre las distintas ofertas con más posibilidades de éxito.

Deseo haber contribuido desde este espacio con mi granito de arena en la inmensa playa de la empresa digital.

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Artículo publicado en Las Provincias el domingo 5 octubre 2014

LP Empresa hacia lo digital